Ramiro Grau Morancho. Abogado.
Hace unos días todos nos estremecimos con la noticia del asesinato, tras ser torturada durante varias horas, de una niña de 8 años en Sabiñanigo, Huesca, a menos de un hideputa de treinta y pocos años.
En casos como este, echo en falta la pena de muerte en España, pues aunque es cierto que todos somos hijos de Dios, y nadie puede privar de la vida a otra persona, al menos desde un punto de vista católico, también es verdad que hay personas que no son tales, pues se comportan como animales, o más bien como alimañas, y no se las puede catalogar como seres humanos, en un sentido propio.
La prisión permanente revisable, con un coste mensual por preso de más de dos mil euros, no creo que sea la solución idónea, pues supone una hipoteca para todos nosotros…
La Subdelegada del Gobierno en Huesca, una señora francamente tonta o cínica, o las dos cosas, hizo unas declaraciones diciendo, más o menos, “que el Estado había funcionado perfectamente”, y que ninguno éramos culpables, puesto que el único culpable ya estaba detenido, y sería juzgado en su día. Y se quedó tan pancha, y encantada de haberse conocido, y de salir por televisión tan mona… Y tonta.
En efecto, si algo ha demostrado el caso de la pobre Naiara, es el total fracaso del Estado, de las Instituciones y, sobre todo, de las personas, que somos el aceite que mueve todo ello.
- Los vecinos, en estas casas de ahora, que se oye todo, ¿de verdad no escucharon nada, o prefirieron pasar de todo…?
Espero que la conciencia, si es que tienen, les impida dormir bien en unos meses, por lo menos.
- La madre del asesino, y las dos chicas menores, pero ya adolescentes, ¿de verdad que no se enteraron de nada, o también prefirieron pasar de todo…?
Es posible que estuvieran atemorizadas, en el caso de las dos chiquillas, ante el monstruo con el que tenían la desgracia de vivir, y su madre, ya se sabe que las madres justifican todo, hasta los asesinatos y violaciones que puedan cometer sus hijos: “tuvo una infancia difícil”, etc. (Por cierto que no estaría de más investigar si alguna o todas las chicas han sufrido algún tipo de abuso sexual por parte del asesino, y digo asesino y no presunto asesino, pues al parecer ha reconocido el crimen, tanto ante la Guardia Civil como en el Juzgado). Yo creo que algo de eso hay, pues este miedo patológico a él y su “necesidad” de someter a la menor y darle a entender quien mandaba allí, tiene algo de sadismo…
- Los maestros del colegio al que asistía, al parecer desaseada, sucia, sin llevar nunca nada de comida, con moratones y signos externos de golpes, ¿de verdad que tampoco vieron nada, o también prefirieron pasar de todo…?
Seguro que a final de mes cobrarían religiosamente, con la paga extra correspondiente, y los trienios. Total, ¿para qué nos vamos a complicar la vida?
- Los servicios sociales del Ayuntamiento de Sabiñanigo, que llevaban varios meses “tutelando” a la familia y prestándole ayuda asistencial y social, ¿tampoco se enteraron de nada…?
Antes de dar ayudas se entrevistas con las familias, en ocasiones visitan la casa, etc., pero por lo visto tampoco detectaron nada. ¡Bien por las asistentes sociales –ahora reconvertidas en trabajadoras sociales-, y su gran capacidad profesional! Estarán contentas de su “gran” labor…
- Las compañeras de la chica en la escuela, ¿de verdad que nunca les contó nada del particular infierno en el que vivía, y alguno se lo comentó a sus padres que, por supuesto, tampoco hicieron nada…?
En resumen, todos hemos fallado a Naiara, y el resultado está a la vista…
Pero no hay que preocuparse. La Subdelegada del Gobierno dice que las Instituciones han funcionado perfectamente, y que podemos estar tranquilos y satisfechos, pues la culpa solo es del asesino. ¡Pues qué bien!