Virginia Montes.
Ya es oficial: la ciudad de Mosul ha sido liberada. Hasta la ciudad mártir se ha trasladado, en calidad de comandante en jefe, el primer ministro de Irak, Haidar al Arabi. «El primer ministro ha llegado a la ciudad liberada de Mosul y ha felicitado a los combatientes heroicos y al pueblo iraquí por la gran victoria lograda«.
Han sido 265 días de combates, en los que han muerto 14.500 combatientes de Daesh. El ejército regular iraquí, con unidades de élite, acompañados por milicias chíies y peshmergas kurdos han demostrado una gran eficacia y una notable valentía, llevando siempre la iniciativa y afrontando una guerra irregular y sucia de suicidas, en los últimos tiempos, mujeres de entre 13 y 17 años. La utilización de los civiles como escudos humanos ha ralentizado, en ocasiones, la conquista de la ciudad, que se ha hecho de manera muy meticulosa, intentando evitar en lo posible víctimas civiles. Por el contrario, ha mostrado una gran crueldad en su desesperación, disparando a los civiles que abandonaban su campo para ponerse a salvo.
Lo intrincado del casco viejo ha hecho que las últimas semanas se haya avanzado de manera especialmente lenta, hasta esta gran y decisiva victoria.
La toma de Mosul es un durísimo golpe para Daesh, que a golpe de terror la tomó poniendo en desbandada al ejército y la policía, sometiendo a la población a los rigores de la sharia, convirtiendo su vida en un auténtica infierno. Surgido como una escisión de Al Qaeda, su líder, un oscuro iraquí, que adoptó el nombre de Abu Bakar Al-Bagdadi, se autoproclamó califa -heredero de Mahoma para todos los musulmanes- en la mezquita de Al Nuri, que han destruido para que no cayera en manos de los ahora vencedores. Al Bagdadi habría sido muerto por los rusos, sin que Daesh haya desmentido la noticia.
Para los integristas de Daesh, el resto de musulmanes son apóstatas y la pertenencia a una nación una herejía. Estos delirios medievales han sido erradicados de Mosul por otros musulmanes, tanto suníes como chíies, con el apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos. El islamismo está necesitado de abrir un debate profundo sobre el hecho de que de su seno haya salido gente capaz de tanta crueldad y sadismo, en nombre de su religión.