Virginia Montes.
La ONU se ve obligada a reducir el dinero dedicado a las operaciones de paz, los llamados «cascos azules», bajo la presión de la Administración norteamericana, que ha reducido su aportación. El recorte es de 600 millones de dólares. De 7,87 miles de millones este años se pasa a 7,3 el año próximo.
Propiamente, no se trata de una sorpresa. Donald Trump basó su campaña en el mensaje «America First». Una promesa repetida en el proyecto de presupuesto para 2018: «Vamos a dedicar menos dinero a Naciones Unidas y a la ayuda al extranjero y nadie debe sorprenderse», declaró en marzo Mickey Martelay, director del Presupuesto.
Los recortes afectarán a misiones importantes. En detalle, la intervención en el Congo tendrá un recorte de 92 millones de dólares, la de Darfour de 60 millones y la del Sur de Sudán de 100 millones; otros 30 millones serán economizados con el cierre de la misión en Haití, prevista para octubre. «Esto no es bueno para Estados Unidos y tampoco lo es para el mundo», ha declarado inquieto el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.