Ramiro Grau Morancho. Abogado.
Tengo un buen amigo y ex alumno, graduado social, cuyo nombre no voy a citar porque le molesta (por lo visto no le gusta la publicidad gratuita), que me dice a todas horas que está “hasta los huevos” –y perdón por la expresión-, de Hacienda, de la Seguridad Social, del INEM, del INAEM y de toda su familia…
Su tesis es, y creo no le falta razón, que por lo menos la mitad de los funcionarios de esos organismos sobran, pues hoy en día todo hay que hacerlo informáticamente, y ni siquiera te atienden cuando vas allí, salvo que hayas pedido día y hora, como el que va al médico.
También le molesta mucho que a los profesionales, graduados sociales, gestores administrativos, abogados, etc., se les trate exactamente igual que a cualquier ciudadano, sin reconocer su condición de profesionales, y que su tiempo vale dinero, y por lo tanto cuanto más vueltas tengan que dar, o más impedimentos se les ponga, más dinero les acabará costando a sus clientes –y contribuyentes- los honorarios correspondientes.
De forma que es un gasto añadido, y cada día más elevado, además de los impuestos y cargas correspondientes, que tenemos que mantener a los cuatro millones de empleados públicos.
No hay ventanillas ni horarios especiales para ellos, ni disponen de algún interlocutor específico, que pueda solventar sus numerosas dudas, ya que la normativa cada día es más telegráfica, es decir más rápida, urgente…, e incoherente. ¡Vamos, que cada día se entiende menos, por no hablar de la pésima redacción de muchas normas jurídicas, fruto de la Lode, la Logse y demás experimentos educativos socialistas.
Recientemente otro amigo, profesor universitario, me dijo que en su comunidad (media docena de vecinos), tenían a una señora que limpiaba una hora y media a la semana, dos días, a razón de tres cuartos de hora cada vez.
Esta señora al parecer trabaja en una empresa de limpiezas, con un contrato a tiempo parcial, pero aparte hace algunos trabajos por su cuenta, cobrando en dinero negro, como el que nos ocupa.
Después del caso Echenique, el diputado podemista que también tenía a una empleada sin contratar ni asegurar (supongo que para dar ejemplo), mi amigo quiso dar de alta a la empleada de su comunidad de vecinos, de la que es presidente.
Transcribo a continuación su correo electrónico, que se comenta solo:
“Te mando también lo que me dijeron en una gestoría para contratar una persona de limpieza en una comunidad de vecinos que hace 6 horas al mes y se le paga 65 euros:
- Alta de empresa en seguridad social,
- Alta en mutua de accidentes,
- Alta empleada en seguridad social,
- Contrato de trabajo en el INEM:
- Todo ello puede tener un coste de 210 euros, más el 21% de IVA.
Además es necesario:
- Contratar un seguro obligatorio por convenio (anual), entre 40 ó 50 euros.
- Contratar la prevención de riesgos laborales (anual), que puede variar entre los 200 a 400 euros.
Mensualmente la gestoría por hacer la nómina y seguros sociales cobraría 40 euros al mes (es decir, casi tanto como la empleada).
Y, por supuesto, pagar la nómina y la seguridad social de cada mes a la trabajadora.
Estaba alucinado cuando me decían todo esto, ¡vaya chupativa! Así es imposible crear puestos de trabajo. Tú qué sabes de estas cosas ¿no se te ha ocurrido escribir un artículo de este tema?
Así lo hago, Alfonso, aunque el artículo en realidad lo hemos escrito los dos, a medias. Tendremos que compartir los honorarios, que en este caso son ad honorem.
Pero tomaremos un café, con IVA, por supuesto, y no si también con retenciones por IRPF.