Josep Sansano.
Ximo Puig no ha hecho otra cosa que cometer torpeza tras torpeza. Participó activamente en el golpe de partido contra Pedro Sánchez a pesar de no contar con el respaldo del partido, jugó a ser barón cuando hubiera debido mantenerse neutral y, por fin, se alineó con Susana Díaz para terminar haciendo literalmente el ridículo cuando los militantes del PSPV votaron abrumadoramente a Pedro Sánchez, más del 67%.
No tiene ningún sentido que Ximo Puig siga al frente del partido. Carece de legitimidad para ello, aunque el presidente de la Generalitat diga que eran votaciones distintas a la de la secretaría general del PSPV. Pretender que no ha pasado nada es de ingenuidad superlativa. Con José Luis Ábalos como secretario de organización y el fiel sanchista Rafael García, alcalde de Burjassot, presentando su candidatura a la secretaría general, las horas de Ximo Puig al frente del partido están contadas. Ximo Puig se ha empecinado en presentar la candidatura a la reelección, lo que va a generar una crisis política, porque cuando pierda no va a tener legitimidad para seguir al frente de la Generalitat.
Ximo Puig afirma que él no es partidario de separar el cargo orgánico del político y que esa es una tradición del partido que no se debe romper. No es cierto que Ximo Puig sea un activo para el socialismo valenciano. Más bien su gestión lo sitúa como una nulidad, con muy poca perspicacia política.