Josep Sansano
No se habla de otra cosa en Alicante que de la súbita y ya continuada desaparición del falso periodista, Blas Gómez Cuartero, alias Blas de Peñas. El otrora perejil de todas las salsas, zascandil de todos los saraos, intrigante en todas las conspiraciones insustanciales, de repente ha desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra o como si el machadiano don Guido, hubiera ido muy serio camino del cementerio. Ya no se le ve comiendo a dos carrillos en la barra del Nou Manolin, a costa del contribuyente, ni de bellea en las Hogueras, ni haciendo tiempo en la antesala de la asociación de amigos de la rumana, ni saliendo de la sopla. ¿Dónde está Blas de Peñas?, preguntan, no porque se le eche de menos sino por la extrañeza alegre de la maravillosa liberación. ¿Dónde está Blas?, que ni lo encuentra Paco Lobatón.