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Arabia Saudí necesita encarecer el petróleo

Redacción




Sheikh Tamin al-Thani, jeque de Qatar. /Foto: hispanidad.com.

Virginia Montes

Por supuesto, Qatar financia desde hace décadas a los Hermanos Musulmanes, tanto en Gaza como en Egipto, donde son el mayor factor de desestabilización del régimen de Al Sisi. Por ello, merecen sin duda el aislamiento. No es menor incidir que Arabia Saudí y sus satélites suníes han tomado medidas como vetar la entrada de súbditos qataríes o de expulsarlos, medida que va más allá del veto migratorio de Trump criticado por xenófobo sin tener en cuenta los criterios de seguridad nacional esgrimidos por el resto de petromonarquías y por Egipto, una nación subvencionada por Arabia Saudí. Por supuesto, Al Jazeera, televisión directamente dependiente del gobierno de Doha, se ha dedicado a promover la desestabilización de las sociedades musulmanas -y occidentales- primando en sus informaciones a los integristas.

Pero es lo mismo que hace, en gran escala, Arabia Saudí difusora del wahabismo, la doctrina sustentadora del salafismo, del integrismo y del terrorismo islámico, empezando por Daesh.

La decisión de aislar a Qatar por la virulencia parece premeditada, al margen del detonante de unas declaraciones del jeque de Qatar condescendientes hacia Irán, nación con la que tiene intereses comunes en el terreno del gas.

Esta escalada de tensión se produce tras la visita de Donald Trump a Arabia Saudí y el contrato armamentístico de 110.000 millones de dólares de «preciosas» armas norteamericanas, con las que los Saud tratan de reforzar sus pretensiones de primera potencia suní y de confrontarse con el enemigo chíi de Irán, actualmente triunfante tanto en Irak -donde Daesh mantiene menos de 4 kilómetros cuadrados de Mosul- como en Siria.

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Arabia Saudí vive un inquietante crisis económica, de modelo, exclusivamente centrado en el petróleto. Las medidas de reducción de la producción no han provocado el efecto deseado de encarecimiento del crudo, en los niveles deseables. El fracking hace que la frontera de los 50 dólares el barril se supere con fuertes dificultades. Arabia Saudí es la principal interesada en un incremento de la tensión en el Golfo.

No deja de ser significativo, en cualquier caso, que las petromonarquías se acusen de financiar el terrorismo, lo cual es una evidencia.