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Karen Amstrong, absurdo Premio Princesa de Asturias, una apologista del integrismo

Redacción




La descerebrada y premiada Karen Amstrong./Foto: latribunadesalamanca.com.

Enrique de Diego

Resulta difícil incluso imaginar un Premio más absurdo, injustificado y delirante que el concedido a Karen Amstrong, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, dotado con un escultura de Joan Miró y 50.000 euros, a una enemiga de la civilización cristiana y apologeta mendaz y tortuosa del integrismo islámico. Una muestra de que esos premio de propaganda monárquica no tienen sentido, son un desquicie sin criterio racional, salvo la línea que desde hace tiempo viene siguiéndose con todo tipo de premios que es concedérselos a quienes aplican su piqueta a la destrucción de los valores morales de Occidente. Una muestra, en fin, de que la monarquía no hace más que daño y que incluso siendo una niña, la tal Leonor, que ya parasita del Presupuesto se dedica a hacer daño.

Karen Amstrong, inglesa, que ingresó monja de joven y se exclaustró, recibe el Premio por «la profundidad de sus análisis históricos, su inmensa labor bibliográfica e investigadora y su compromiso activo con la difusión de un mensaje ético de compasión, paz y solidaridad». No se pueden decir más mentiras y más estupideces en menos líneas.

Esta senecta descerebrada tiene escritas cosas tan favorables al integrismo islámico como que «la búsqueda de una forma ideal de gobierno musulmán no se debería contemplar como algo aberrante, sino como una actividad esencial y típicamente religiosa». Estamos, pues, en el escenario del califato, de Daesh, del ayatolá Jomeini y de Osama ben Laden. ¿Y a esta señora, defensora de la teocracia islámica y enemiga de la libertad, se le da un premio con dinero de todos los españoles?

Según Karen Amstrong -miembro del grupo de expertos por la Alianza de las Civilizaciones de la ONU- el fundamentalismo islámico es «un fenómeno postmoderno, que rechaza algunos de los principios y afanes de la modernidad, como el colonialismo«. Y es ¡una respuesta al laicismo!: «un laicismo agresivo ha dado como resultado una religiosidad que constituye una parodia de la verdadera fe».

De modo que, según esta indigente mental proteica, Occidente es el culpable del integrismo islámico, de su barbarie y de sus crímenes. «Occidente no ha sido el único responsable de las formas extremas del islam, que han cultivado una violencia que quebranta las más sagradas normas de la religión; pero ciertamente ha contribuido a su desarrollo, y, si se desea aliviar el temor y la desesperación que constituyen la raíz de toda visión fundamentalista, en este tercer milenio de la era cristiana debería cultivarse una valoración más certera del islam«. Expurgación la doctrina islámica de la impureza islámica para ¡endosársela a Occidente! Negación de la realidad y tosca contradicción de la lógica.

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Y a esta estúpida corrosiva se pliegan los premios de la Fundación Princesa de Asturias…Hay que insistir en esto de los premios. Desde hace tiempo no se premia el mérito, sino la sumisión y el adoctrinamiento en la corrección política, a cualquier persona que esté en la orientación mundialista, globalista y de destrucción de los endebles resortes morales de las sociedades civilizadas de raíz cristiana. Esta piñata de los premios, empezando por los Nobel y siguiendo por su parodia asturiana, y por los innumerables de las instituciones supranacionales, quiere establecer que nadie podrá sobresalir si no rinde culto a la mentira y milita en la secta estúpida de los nuevos clérigos con sus absurdos dogmas, altamente destructivos y con grave riesgo para la supervivencia de las sociedades y de la especie.

Se concede el premio de turno y se pone en marcha la maquinaria de la dictadura mediática. Así que a Karen Amstrong se le han puesto todos los altavoces para que difunda sus chorradas, como que «la Biblia tiene más pasajes violentos que El Corán«, jugando con el favor de la propaganda -todos los medios dicen lo mismo, la libertad de prensa es una ficción- y con la ingenua y culpable ignorancia de las gentes -adocenado con el soma de los reality show– que ni han leído la Biblia ni El Corán porque no hay ningún libro que contenga más pasajes violentos que El Corán, donde todo es asesinato, genocidio y palizas a las mujeres. Y donde de Mahoma se dice que mataba a todos sus prisioneros: «No es digno del profeta hacer prisioneros«. O «matad a todos (los no musulmanes) allá donde los encontréis».

El terrorismo indiscriminado tiene base sólida en El Corán