Virginia Montes
El Gobierno húngaro ha cerrado, por motivos de seguridad nacional, la Universidad de Europa Central (CEU) de Budapest, propiedad de George Soros, la respuesta no se ha hecho esperar: los eurodiputados han aprobado una resolución contra Hungría que abre la vía a sanciones.
Los grupos más controlados por George Soros del Parlamento europeo han puesto la proa a Hungría y a Polonia. A iniciativa de los socialdemócratas, Alde y los Verdes, los eurodiputados han votado, el 17 de mayo, una resolución (393 a favor por 221 en contra sobre 678) condenando Hungría por el “serio deterioro del Estado de Derecho y de los derechos fundamentales”. El texto llama al gobierno de Budapest a abrogar sus leyes de control de la inmigración y de las ONG extranjeras (Open Society) así como permitir a la Universidad de Europa Central (CEU), fundada por George Soros, de volver a abrir sus puertas.
El texto aprobado pide que la Comisión europea refuerce el control sobre los fondos destinados a Hungría. Un voto que podría abrir la vía a sanciones. El artículo 7.1 del Tratado sobre la Unión Europea permite dar este aviso formal, que puede ser seguido por la activación de los artículos 7.2 y 7.3 pudindo suspender los derechos de votos de un Estado miembros en el Consejo Europeo. No hay precedentes en la historia de la UE y exigiría la unanimidad de todos los países miembros; Polonia se opondría. El Partido Popular Europeo habría dejado hacer a la Comisión, que el 26 de abril abrió el procedimiento de infracción. El partido de Viktor Orban es miembro del PPE.
El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjártó ha respondido de inmediato al voto calificándolo de “nuevo ataque de las redes de Soros contra Hungría”. El ministro ha señalado que “las instituciones europeas son incapaces de aceptar el hecho de que el gobierno húngaro persigue una política migratoria exclusivamente centrada en la idea de garantizar la seguridad de la nación”.
Ideológicamente, las acciones de las diferentes ONG y grupos fundados por el millonario globalista, de origen húngaro, están en las antípodas de la línea patriótica defendida por Viktor Orban y su gobierno. A pesar de sus índices de popularidad y de estar seguros de conservar el poder en las elecciones de 2018, Viktor Orban y sus aliados están preocupados por los métodos –que conocen bien- de agitación y desestabilización seguidos por George Soros en varios países europeos desde finales de los años 1990. El gobierno húngaro ha decidido no quedarse con los brazos cruzados y ha puesto en marcha una campaña contra “la alianza de eurócratas, ONG y George Soros” cuyo objetivo es “destruir empleos, aumentar impuestos e inundar Hungría de emigrantes”.
También Polonia pone de los nervios a Bruselas. En enero de 2016, la Comisión activó el dispositivo de “salvaguarda del Estado de Derecho” pero el proceso no arrojó ningún resultado. Varias ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han pedido al Consejo europeo que el artículo 7 sea activado contra Varsovia. La respuesta clara viene del ministro del Interior polaco, Mariusz Błaszczak, quien ha declarado a la radio que acoger a 6.000 emigrantes en Polonia es mucho peor que las sanciones de Bruselas. “No debemos olvidar que los ataques terroristas que han tenido lugar en Europa occidenal, en países de la Unión Europea, se han convertido en un elemento habitual de la vida cotidiana”
El ministro añade: “Tened en cuenta que las más numerosas comunidades musulmanas han comenzado con cifras relativamente pequeñas”. Según él, “la estrategia de recolocación no hace más que intensificar la inmigración ilegal porque los traficantes pasan a tener más clientes cuando perciben que van a poder ser colocados en Italia o Grecia”.
El desacuerdo entre Varsovia y Bruselas ha sido acentuado por el ministro de Finanzas, Mateusz Morawiecki quien ha destacado la conveniencia de estar fuera de la zona euro para mantener la independencia económica.
En su campaña presidencial, Emmanuel Macron se mostró especialmente duro contra Polonia y Hungría, pidiendo sanciones porque “no respetan los derechos y valores de la Unión europea” en aspectos como la Univesidad y los refugiados.
Las relaciones entre Varsovia y París están muy deterioradas. Varsovia no tiene embajador en Francia desde hace varias semanas y ha roto un contrato de armamento. Macron ha retitulado el Ministerio de Asuntos Extranjeros como “ministerio de Europa y de Asuntos Extranjeros” y se espera que active el ataque contra Hungría y Polonia.