Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Pero Moore fue, al mismo tiempo, Bond y su parodia, la más lúdica y dionisiaca encarnación del personaje y, sobre todo, el carismático actor que acabó transformando a esa bestia parda con licencia para matar en un puro vector de aventura para todos los públicos.
JORDI COSTA
El mítico Cary Grant fue una de las opciones primeras cuando se barajaba adaptar al cine las novelas de Ian Fleming sobre el agente 007, James Bond .
Ian Fleming, creador del personaje siempre tuvo en mente a Cary Grant para interpretar a su héroe en la gran pantalla. Pero el mítico galán rechazó el papel, que le fue ofrecido a continuación a actores como Peter O’Toole y Richard Burton, quienes también declinaron la oferta. Grant se arrepintió de haber rechazado el papel, aunque se desquitó en cierto modo años después interpretando en Charada (1964 ) de Stanley Donen , al lado de Audrey Hepburn , un ensayo de lo que pudo haber sido su visión del agente secreto.
Y en la sarcástica comedia Casino Royale, la imagen del agente fue encarnada –a la manera de Grant– por el elegante David Niven. Pero cuando la saga comenzó en 007 contra el Doctor No el elegido fue Sean Connery, más joven, también elegante y con la acción como elemento definitorio del personaje, junto a la seducción más sofisticada .
Roger Moore (1927-2017) fue el tercer actor de la historia en asumir el papel del agente 007 en las películas oficiales tras George Lazenby y Sean Connery. Después de Moore llegaría Timothy Dalton. A partir de ahí el papel pasó a Pierce Brosnan y finalmente –de momento- a Daniel Craig, el último Bond hasta la fecha
Roger Moore ya tenía una trayectoria en el mundo del espectáculo. El actor que llegó a ser capitán en los Royal Army Service Corps antes de ponerse frente a las cámaras en la Real Academia de Arte Dramático, avalado por el director Brian Desmond Hurst —‘Cuento de Navidad de Dickens’ (‘Scrooge’)—. Tras trabajar como extra en varios filmes, y como modelo publicitario, obtendría su primer papel televisivo en la serie ‘The Governess’. Le pudimos ver en El rapto de las sabinas, entre otros films de serie B.
Desde entonces, entre contratos y saltos con los grandes estudios como Metro Goldwyn Mayer y Warner Bros, enlazaría roles en míticas producciones catódicas como Ivanhoe, ‘Maverick y sobre todo ‘El Santo’ y ‘Los persuasores’, donde compartió protagonismo con Tony Curtis.
El Santo fue sin duda la serie que le lanzó al estrellato: durante siete años (1962-1969) recorrió el mundo a bordo de su Volvo blanco en la piel del aventurero Simon Templar. Rodeado de buenos secundarios, la serie supo crear señas de identidad propia: la simpatía de Moore y el glamour de las historias. El Bond posterior bebería de este inefable y simpático “Santo “ en más de un aspecto. Similar estilo tuvo Los persuasores, en la que interpretaba a Lord Brett Sinclair, un millonario que trataba de arreglar el mundo junto con el personaje de Tony Curtis, también contribuyó a colocarle en la primera fila de los aspirantes al papel de Bond. Y por fin llega su gran oportunidad cuando Sean Connery declara estar cansado del personaje y la opción de George Lazenby fracasa tras el estreno de Al servicio de su majestad . .
Es el gran momento del actor que fiel a su estilo sarcástico declararía que fue el elegido porque era la opción más barata. Lo que no todos conocen es que Moore estuvo en la lista de candidatos unos años atrás . Quien le iba a decir que terminaría sucediendo a Connery que además era dos años más joven que él.
Las películas se sucedieron. El primer James Bond de Moore fue Vive y deja morir (1973) . Elegante, moderno para su época, inteligente, sagaz, este 007 se enfrentó por primera vez al fenómeno del narcotráfico y a uno de sus villanos más recordados, el Dr. Kanaga, el barón de la droga. Esta cinta fue dirigida por Guy Hamilton y la banda sonora estuvo a cargo de nadie más y nadie menos que Sir Paul McCartney y su banda de esa entonces: Paul McCartney & Wings.
El hombre de la pistola de oro, La espía que me amó —su favorito—, Moonraker, Solo para sus ojos, Octopussy . En 1985 llegó la ultima : Panorama para matar. Todos grandes éxitos de taquilla y con espléndidos villanos (El gran Christopher Lee entre ellos, también Yaphet Kotto , Christopher Walken o el aterrador Tiburon) y esplendorosas chicas Bond (Carole Bouquet, Jane Seymour, Barbara Bach , Cassandra Harris, Britt Ekland, Lois Chiles) que brillaban en los argumentos de acción, comedia y aventura. Roger Moore impuso su estilo desenfadado, a veces en los límites de la autoparodia pero que hoy se disfrutan tanto o más que en el momento de su estreno. Es cierto que sus últimos títulos dieron síntomas de agotamiento, entre otras cosas porque el actor se acercaba a los sesenta años y su personaje se deslizaba cada vez más hacia el divertimento. Pero nadie – hasta la fecha – ha encarnado más veces a Bond que Roger Moore , y las películas continúan siendo divertidas y deliciosas.
Aparte de James Bond le recordamos en el reparto de veteranos que protagonizó Patos salvajes (1978), de Andrew V. McLaglen, allí estaban Richard Burton, Stewart Granger, Richard Harris, Hardy Kruger. Y como curiosidad, en 1976 hizo Sherlock Holmes en Nueva York, un curioso telefilm sobre el mítico detective británico .
Descanse en paz Sir Roger Moore, un icono del cine de acción y aventura.