Virginia Montes
“Seré duro”, ha afirmado el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ante el recrudecimiento de la violencia en la isla de Mindanao por el grupo Maute, que ha jurado fidelidad al estado islámico.
Duterte ha decretado la ley marcial en el Sur. “Tengo que hacerlo para preservar a la República de Filipinas y al pueblo filipino”.
El presidente declaró que “la ley marcial es lo que es” y “no será distinta de cuando la declaró Ferdinand Marcos”. Añadió que “podría costar un año hacerlo, si se acaba en un mes estaría feliz”.
El grupo islámico intentó apoderarse de Marawi, con 200.000 habitantes, capital de Lanao Sur, en la Isla de Mindanao. El Ejército afirma que ha recuperado el control sobre la ciudad, si bien los combates han costado la vida a tres soldados y otros diez han sido heridos.
Los terroristas islámicos entraron en la catedral y secuestraron al vicario general de la diócesis de Marawi, Teresito Suganob, a la secretaria y a dos feligreses. A 70 kilómetros de esa ciudad, en Malabang, los terroristas decapitaron al jefe de la policía local.