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Geoestrategia demográfica: Inmigración masiva e invasiva en la era robótica

Redacción




Enrique de Diego

Quienes van preparando el terreno al mundo que viene afirman que los robots harán desaparecer, en un primer y progresivo impacto, el 45% de los trabajos existentes. Los futurólogos de un escenario lleno de dudosas maravillas apocalípticas nos dicen que seremos posthumanos y transhumanos, cibor, y robots androides.

Y al tiempo, en un proceso destructivo sin precedentes en la historia, se promueve, con financiación pública, una inmigración masiva e invasiva, básicamente musulmana, educada en el odio y la violencia. George Soros, el financiador de todos los corruptos morales del centro y la izquierda, estableció que la Unión Europea debía acoger cada año un millón de inmigrantes. Las élites satisfechas desde sus urbanizaciones de lujo promueven que los trabajadores y quienes viven en los barrios periféricos, industriales, disfruten del multiculturalismo.

No es cierto que el millón cuatrocientos mil musulmanes acogidos en Alemania con cargo al contribuyente vayan a representar beneficio alguno para la industria alemana y menos en la era robótica. De hecho, solo un ínfimo porcentaje están dispuestos a algo tan básico como aprender alemán, en cursos pagados por el contribuyente.

Durante tiempo, en Francia se pusieron en marcha políticas natalistas que han incrementado la población de origen argelino y de religión musulmana. ¿Con qué resultados, con qué expectativas? Los barrios extremos de París y de otras ciudades se han islamizado y los banlieue viven en la agitación constante y en la continua violencia, cuando no en la sharia.

Cuando el futuro está lleno de interrogantes, cuando es preciso frenar las deslocalizaciones, que no sacan de la pobreza a las naciones tercermundistas y llevan al tercer mundo al primero, la inmigración masiva, sin perspectivas de futuro, al margen de cualquier relación con el mercado de trabajo, está incubando los conflictos del presente y las guerras civiles del futuro. Tremenda la responsabilidad asumida por los dirigentes de Bruselas y de las naciones europeas en esta hora.