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Cristina Cifuentes no está limpia

Redacción




Cristina Cifuentes, en su discurso del 2 de mayo. /Foto: elconfidencial.com.

Miguel Sempere

La pretensión de Cristina Cifuentes de presentarse como una luchadora contra la corrupción es una ficción que alcanzó su paroxismo en la fiesta del 2 de mayo. En realidad, Cristina Cifuentes es una funcionaria del partido que ha ido ocupando cargos –como la presidencia del Comité de Derechos y Garantías- desde los que debía haber estado informada de la corrupción y haberla denunciada. De hecho, esa corrupción no hubiera sido posible sin la complacencia de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, sostenida por Ciudadanos.

La Guardia Civil en sus informes considera que hay hechos probatorios que apuntan a que Cristina Cifuentes puede haber cometido delitos de prevaricación y cohecho. Así, el empresario Arturo Fernández entregaba dinero a través de la Fundación Fundescam, en cuyo Patronato estaba Cristina Cifuentes, y que era utilizado para gastos electorales no declarados por comités de campaña, en los que también estaba Cristina Cifuentes. A cambio recibía contratos públicos como los servicios de cafetería y comedor de la Asamblea de Madrid, en los años 2005, 2008 y 2011, por una Mesa de Contratación presidida por Cristina Cifuentes, que era vicepresidenta de la Asamblea de Madrid.

Esperanza Aguirre se hacía la tonta y Cristina Cifuentes la rubia, pero no cuela.