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Julio Ariza, protagonista estelar de la pocilga nacional

Redacción




Julio Ariza, el final. /Foto: prnoticias.com.

Enrique de Diego

Para ser personaje que mantenía el criterio de no salir en televisión, Julio Ariza ha conseguido la celebridad como protagonista estelar de la pocilga nacional.

Los hechos son sagrados: Ignacio González informa a Eduardo Zaplana que Julio Ariza ha chantajeado a Mariano Rajoy con una cinta en la que se habla de entregas de dinero en Génova. Que esa cinta le ha sido entregada a Ariza por Ildefonso de Miguel. Que ha cobrado dinero por la “puta cinta”. Y que incluso la cinta le fue ofrecida al gobierno venezolano, lo que sería, moralmente, alta traición.

Con confusa intencionalidad, Julio Ariza se ha inventado una interpretación literaria: Ignacio González sabía que le grababan y se inventó el chantaje.

El cuento es insostenible: a) porque Ignacio González no sabía que le grababan; b) porque la cinta no es la cuestión central de la conversación; c) porque el móvil resulta tortuoso, pues Ignacio González habría esperado años para que la conversación se hiciera pública en un sumario que le ha llevado a la cárcel. La historia de Ariza no tiene pies ni cabeza y, en términos lógicos, es una chorrada.

Julio Ariza. /Foto: YouTube.com.

Lo confirmado es que la cinta existe, si bien Ariza afirma que es ilegal e impublicable, que la vieron el jefe de investigación de La Gaceta y él, aunque realmente Ariza era el jefe de investigación.

A la espera de cómo termina el culebrón, Ariza no es nuevo en la pocilga nacional: fue uno de los estrategas del tamayazo, encargándose de la seguridad de los tránsfugas, incluso enviando a tal menester al jefe de seguridad de Intereconomía, que, asqueado, abandonó la empresa.´.

Su relación con Ignacio González era estrecha, como se demuestra por el hecho de que en momento crítico, y a fin de que no rebosara toda la mierda, contrató como directivo de Intereconomía a Ildefonso de Miguel, el mismo día que iba a ser destituido por el Consejo de Administración de Isabel II. Esto hace totalmente verosímil que Ildefonso de Miguel le pasara la cinta a Ariza y que Ildefonso de Miguel informara de su contenido y de sus avatares a su jefe Ignacio González.

De que Julio Ariza cogió la extraña manía de buscar información para otros menesteres distintos del periodismo soy testigo: reunidos con una fuente dispuesta a pasar información tumbativa sobre José Bono –su cuenta corriente en Las Bahamas- Ariza afirmó que no la iba a publicar, sino que pretendía pasársela a Mariano Rajoy para que la gestionara a su libre albedrío.

Por lo demás, el desmentido de Luis Bárcenas no tiene ninguna credibilidad.

A Julio Ariza ya solo le falta ser concursante de Gran Hermano o, incluso, de Supervivientes.