Enrique de Diego
Por fin, Esperanza Aguirre ha dimitido. Lleva dimitiendo años pero nunca se iba. Hay que esperar que no retorne nunca. Ha sido un desastre sin paliativos y no vergüenza nacional, muy adulada por los que iba enriqueciendo.
Ha convertido Madrid en un lodazal, y el PP de Madrid en una cloaca. Tiene a sus dos exvicepresidentes, que peleaban a la luz de todos por las coimas, en la cárcel y toda la corrupción ha surgido a su alrededor.
No lo va a pasar bien, como persona sin fondo que se vendió a la conquista del poder. Siempre quiso ser presidenta del Gobierno y se ha quedado en la madre nutricia de todos los corruptos.