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Es necesario que Marine Le Pen gane la segunda vuelta

Redacción




Marine Le Pen. /Foto: gentside.com.

Enrique de Diego

Todo está previsto para que Emmanuel Macron gane la segunda vuelta. Ha sido así desde el principio. Macron no es el hombre que necesita Francia, aunque sí es el que precisa el sistema para mantenerse.

Es necesario que gane Marine Le Pen. Me gustaría destacar el mérito que tiene hacer una campaña contra la tiranía de los medios, contra el consenso de la corrección política y el abrumador racismo antiblanco que es la doctrina hegemónica oficial.

Macron que ha insultado a Francia en Argelia, que ha llevado a un integrista en su equipo, Mohamed Saou, del que Macron opina que “es un buen tipo”, a pesar de su radicalismo: afirmó que el nunca sería Charlie y ha mostrado su simpatía por el imán que radicalizó a un suicida de Bataclán. Macron ha reconocido que no tiene un programa antiterrorista, porque no ha podido improvisarlo. Y es verdaderamente hilarante que los medios le presenten como un enemigo de la Francia oficial cuando es el niño mimado del sistema, exministro de Economía durante dos años y corresponsable de todos los desastres de la gestión de François Hollande.

Es lamentable que Francia, que fue una gran nación, haya generado un personaje líquido como Macron. Y no son estos tiempos, con los graves problemas existentes para el ser o no ser de las naciones, para volátiles oportunistas como éste.

Ha sido vergonzoso ver a François Fillon pidiendo el voto para Macron. Doy por supuesto que sus votantes no le seguirán en este suicidio colectivo anteponiendo los intereses de partido a los de la nación. La base social de Fillon está mucho más cercana a Marine Le Pen y al FN que al delicuescente movimiento que respalda a Macron, hecho de retales y advenedizos. Que Hamon pida el voto para Macron es menos inquietante porque el PSF ha cosechado muy pocos votos, en una debacle histórica, con pérdida de más de veinte puntos. Melenchon tiene muy difícil oscilar hacia un capitalista globalista: sería su harakiri.

Ahora pedirá el voto Hollande para Macron y eso puede ser decisivo, porque despejará todas las mentiras puestas en juego por la corrección política y el globalismo.

Marine Le Pen tiene que incidir aún más en la inmigración y la identidad, porque ahí Francia se lo juega todo y con ella nos lo jugamos todo, todos. Francia va camino de ser Siria y de califato, y ya lo es en no pocos barrios, y ese el proceso que hay que revertir, antes de que sea demasiado tarde. Hay dos semanas para que el milagro necesario se produzca y Marine Le Pen sea la presidenta de Francia.