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Francisco Marhuenda, el chico de los recados de Mauricio Casals

Redacción




Francisco Marhuenda, el antiperiodismo. /Foto: blogs.ppmadrid.es.

Miguel Sempere
Francisco Marhuenda, en efecto, parece la Pantoja en muchos sentidos. Es un folclórico que se lo ha ido montando a la sombra de su señorito Mariano Rajoy y como el chico de los recados de Mauricio Casal, presidente de La Razón.
El problema que tienen ambos, al margen de su edulcorado cinismo, es que están sus conversaciones grabadas. Marhuenda, que no sabe hacer la o con un canuto, pero que siempre ha tenido maña como tiralevitas, nunca se ha dedicado al periodismo sino a lo que, al margen de la calificación penal, se conoce comúnmente como tráfico de influencias. La Razón no es un periódico, sino un epicentro de ese tráfico.
Marhuenda no está virgen en eso de la corrupción, sino que tiene trayectoria y pedigree. Es más zorra, en el sentido literario, que la jefa de gabinete de Cristina Cifuentes. Siendo jefe de gabinete de Jorge Fernández Díaz cobraba un sobresueldo mensual complementario, sin facturas, de entre 400.000 y 460.000 pesetas, que le pagaba puntualmente Vicente Cardellach, expresidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Barcelona y suegro de Jorge Fernández Díaz. Acusado de corrupción por el PSOE tuvo que dimitir cuando era director general de Relaciones con las Cortes dentro del Ministerio de la Presidencia, cuyo número uno era Mariano Rajoy y el dos, Jorge Fernández Díaz. Marhuenda tuvo la ocurrencia de vender el fondo bibliográfico –compuesto por libros regalados a la Adminsitración- de una empresa suya a una Universidad pública.
A pesar de todo, el PP lo ha hecho profesor universitario de deontología. Es un personaje que parece salido de la picaresca española, de alguna esquina oscura del Patio de Monipodio.