Virginia Montes
Frauke Petry, que ha llevado a Alternativa por Alemania a una posición muy elevada en la política, ha renunciado a liderar el partido. “Deseo evitar especulaciones y dejar claro que no seré cabeza de lista en solitario y tampoco estaré a disposición de ningún equipo que se proponga liderar la formación”.
La noticia salta en vísperas del Congreso de Alternativa por Alemania, que se celebra este fin de semana en Colonia, y puede tener un contenido táctico. Petry es considerada una moderada dentro del partido y partidaria de eliminar y erradicar cualquier referencia al nazismo. Petry estaba enfrentada a otros dirigentes del partido que planteaban una dirección colegiada para limitar su poder. “Lamento que haya tomado esa decisión y creo que es un error”, dijo el hasta ahora número dos del partido, Alexander Gauland, que lleva meses boicoteando internamente las decisiones de Petry, como por ejemplo la expulsión del partido de Björn Höcke, tras haber calificado de vergonzoso y eliminable el monumento de Berlín en memoria de las víctimas del nazismo. Petry llevó a la directiva a aprobar la expulsión, pero todavía no se ha llevado a efecto.
AfD ha logrado representación en las elecciones europeas de 2015 y acceder a diez de los 16 parlamentos regionales de Alemania (de los once que han celebrado comicios desde entonces). En algunos entró por la mínima, como en Bremen (5,5%) y Hamburgo (6,1%), pero en otros logró unos resultados francamente positivos. En 2016, al calor de la crisis de los refugiados, alcanzó el 24% en Sajonia-Anhalt y el 20,8% en Mecklemburgo-Antepomerania, superando aquí a la Unión Cristianodemócrata (CDU), lo que supuso un sonoro varapalo psicológico para las filas de la canciller.
Actualmente, su expectativa de voto, de un partido que se inició euroescéptico y ha derivado a antiislámico, oscila entre el 7 y el 15%.