AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Carta abierta a Blas de Peñas

Redacción




Blas de Peñas, en tiempos mejores. /Foto: elplural.com.

Josep Sansano

Con ánimo de describir, siempre has sido una nulidad, Blas de Peñas. Nunca has sido periodista, y no porque carezcas de titulación alguna y de estudios reglados mínimos, sino porque, en realidad, siempre has sido lo que se conoce comúnmente como un cotilla, al modo de esas viejas de pueblo que van con dimes y diretes, sin distinguir entre verdad y mentira, entre noticia y difamación.

Nada hay peor que presumir de un poder que no se tiene y tú, en términos estrictos, has sido un lacayo de librea disfrazado de cacique. El problema no es que alguien se crea Napoleón sino que los demás le sigan la corriente. Es obvio que, sin fundamento, tú te lo creíste un tiempo y algunos te hicieron el juego, aunque ahora todo el mundo te rehúye como un apestado.

El PP ahora te repudia como si no te hubiera conocido nunca, como perteneciente a una época oscura que es mejor olvidar. No recoges más que lo que sembraste y lo que te has labrado. Incluso llegaste a hundir a tu amigo Juan Navarro Balsalobre boicoteando su ascenso a la dirección de la Obra Social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo filtrando sus confidencias.

Lo peor no es que nunca hayas sido periodista sino que eres, en opinión de muchos, una mala persona que has encontrado satisfacción en hacer daño, incluso a personas ajenas a la vida pública. Has hecho tanto el mal que si quisieras hacer el bien no sabrías y harías el ridículo.

En tu manifiesta usurpación de la “dirección de comunicación” de la Sindicatura de Agravios –por lo que no descarto que te termine cayendo una querella buena- aún es más chocante que se te fichara como “auxiliar de bibliotecas”, tú que no has pisado una en tu vida, ni has abierto a un libro, dedicada tu banal jornada a comilonas –con cargo al contribuyente- de pesadas digestiones, con la santa compaña de ese comunista de pega y pastaflora, Pedro Nuño de la Rosa, que se le ha ido poniendo la cara de gaviota o de charrán de tanto adular sin rebozo al PP.

Otrosí: Tú, Blas, ni te has preocupado nunca de mejorar lo más mínimo tu estilo garbancero, a tenor de tus críticos, insulto constante a las musas; incluso como fauno has sido una calamidad sórdida sin estilo. Purga el mal que has hecho con la soledad de tu desorientada senectud, pues si vuelves la mirada atrás comprobarás el balance de vacío de tus méritos y el rebosar viscoso de tus deméritos.