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Estampidas en la madrugá por la inseguridad generada por la casta tras los atentados islámicos

Redacción




Imagen tras la estampida en la madrugá sevillana. /Foto: elconfidencial.com.

Luis Bru

La casta dirigente ha introducido a terroristas islámicos en Europa bajo la histeria moral de los refugiados o repartiendo ayudas sociales preferentemente a musulmanes (pueden verse las ayudas a alquiler de la Comunidad de Madrid).

La casta dirigente –los traidores Rajoy, Merkel, Hollande…- están vendiendo a la gente que la seguridad no es completa y poniendo bolardos por todas partes para que la gente no sea atropellada por personas protegidas por la casta: el que mató a catorce personas tenía el estatuto de refugiado.

Víctimas sin nombre: masacre Niza. /Foto: elpais.com.

La casta de traidores repite incesantemente que hay que acostumbrarse al terrorismo, que es un precio a pagar. Lo dijo, por ejemplo, el alcalde musulmán de Londres.

Las consecuencias están a la vista. Hay ocho detenidos, delincuentes habituales al parecer, que en Sevilla empezaron a gritar “bomba, bomba” y pudo ocurrir una tragedia con estampidas, que han causado veintinueve heridos leves y un herido grave con traumatismo cráneoencefálico.

Masacre en el mercado navideño de Berlín.

Pero los culpables últimos no son esos malvados sino gente como Aznar, Zapatero y Rajoy que han importado terroristas y se han sometido a los Saud, a Rabat y a Bruselas.

Pretender que la sociedad siga haciendo la misma vida, y no caer en el único peligro de la islamofobia, como dicen los lacayos de Soros, es pedir peras al olmo. Toda reunión pública, tras los atentados provocados por las políticas suicidas de Bruselas e incompetentes como Rajoy, se ha convertido en un acto de heroísmo y de alto riesgo. Esa es la causa última de las estampidas. Con estos dirigentes no se puede vivir.