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Corea del Norte y Estados Unidos: máxima tensión nuclear

Redacción




Kim Jong Un, inaugurando un complejo de viviendas. /Foto: sputnik.com.

 

Virginia Montes

Corea del Norte es un estado paranoico y provocador, convencido de que corre el riesgo de ser invadido y destruido por Estados Unidos. Mientras la marcha del grupo de ataque USS Carl Vision hacia Corea del Norte, y la presencia de “submarinos muy potentes”, en el decir del tuiteador más famoso y con más poder del momento, Donald Trump, parece confirmar los exaltados temores de Pyonpyang, también parece que estamos ante una provocación máxima de consecuencias impredecibles.

Con motivo del 105 aniversario de la elección del fundador Kim il-sung como secretario general del Partido de los Trabajadores, hay indicios de que en la base de Punggye-ri –situada en una zona montañosa a 100 kilómetros de la frontera china- hay preparativos para una prueba nuclear. Trump ya ha avisado de que espera que China sea capaz de controlar a su aliado, pero que en otro caso Estados Unidos actuará unilateralmente. El presidente chino, Xi Jimping ha llamado a la Casa Blanca pidiendo calma: está a favor de la desnuclearización de Corea del Norte, pero ante todo lo está de la estabilidad.

¿Qué represalia cabe ante una potencia nuclear? Es una incógnita que entraña altas dosis de terror para la imaginación. El actual líder de Corea del Norte es un personaje sanguinario que acaba de ordenar matar a su hermanastro y que ha asesinado a alrededor de trescientos miembros del partido y del ejército, entre ellos su tío, para afianzar su poder personal, y que manda sobre un pueblo al que se prepara constantemente para una guerra inminente. Un dictador sin el más mínimo contrapeso, ni el más mínimo órgano colegiado de debate.

Enfrente un Donald Trump que parece encantado en su nuevo papel de líder belicista, acaba de lanzar la conocida como la “madre de todas las bombas” o la bomba no nuclear más potente, en la región de Nangarhar, sobre el entramado de túneles del Estado Islámico, y continuará “hasta que el Estado Islámico de Afganistan quede destruido”. Trump afirma que está autorizando a su Ejército, sobre el que se deshace en elogios, también sobre la capacidad de su armamento. Este lanzamiento se ha interpretado como un aviso para Corea del Norte.

¿Puede servir para un régimen aislado y de intensa retórica belicosa como el de Kim Jong Un? Lo cierto es que Japón se siente seriamente amenazado. Su presidente Shinzo Abe teme que Corea del Norte arma sus misiles con gas sarín. En el terreno de las armas químicas, Corea del Norte tiene almacenadas 5.000 toneladas. Más aún, ha anunciado su intención de dotar de un misil intercontinental, lo que representa una amenaza directa para Estados Unidos.

El mundo se encamina hacia una situación de máximo riesgo, con armamento nuclear en juego.