Miguel Sempere
Por lo que hemos sabido, Carme Chacón era una mujer, ciertamente, valiente. Padecía una cardiopatía congénita; decía de sí misma: “tengo 35 pulsaciones por minuto y el corazón del revés”. No se amilanó ante la vida, sino que la afrontó con coraje, asumiendo grandes responsabilidades, a punto de ser -22 votos de diferencia- secretaria general del PSOE y candidata a la presidencia del Gobierno. Una vida de tensión y stress, con largos viajes, que quizás no era lo más prudente, pero decidió vivir al límite, consciente desde su más tierna infancia de que podía morir en cualquier momento.
En tales condiciones, nunca debió ser ministra de Defensa. Un dato, el enésimo, que confirma que José Luis Rodríguez Zapatero no solo fue un desastre sin paliativos, sino que es un completo irresponsable (como está demostrando de nuevo en Venezuela). Aunque la opinión pública lo desconocía, parece que la clase dirigente era conocedora de la dolencia de Carme y para la responsabilidad de la Defensa de España se precisa un nivel de salud óptimo, pues hay que estar en condiciones de soportar una tensión máxima y, por supuesto, no fallar en momentos decisivos. Superlativa la irresponsabilidad de Zapatero.