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Podemos, una marca devaluada sin sentido de Patria

Redacción




Ada Colau y Pablo Iglesias. /Foto: 20minutos.es,

 

Miguel Sempere

La secretaria general de Podemos en Galicia, Carmen Santos trata de restar importancia a la división que vive la formación y que para dirimirse va a exigir la creación de una “comisión de consensos”, con tres miembros de cada uno de los sectores enfrentados. Podemos se ha tornado irrelevante en Galicia absorbido por la marca En Marea.

Peor aún están las cosas en Cataluña, donde Ada Colau ha montado ya su propio partido, Comuns, en el que Podemos tendrá que entregarse sin condiciones, lo que está llevando a una situación crítica a la dirección de Podem y a su secretario general, Albano Duarte Fachín.

Mónica Oltra. /YouTube.com.

En la Comunidad Valenciana, Podemos y sus marcas blancas languidecen a la sombra de la fagocitación de Compromís, que está lanzando su programa máximo pancatalanista con un proyecto educativo lingüístico que es todo un proceso de ingeniería social al servicio de la utopía de los países catalanes. Tampoco andan mejor las cosas en Andalucía donde Teresa Rodríguez quiere autonomía plena: CIF propio, control del censo y de las listas electorales; es decir, partido propio. Podemos es pluripartidos, partido de partidos, un caos.

De la sopa de letras primigenia se está llegando a la estricta desaparición de la marca Podemos, superviviente en Madrid y autonomías limítrofes.

Podemos ya no vende. Sus dirigentes hacen bajar audiencias. El cambio de Iñigo Errejón por Irene Montero ha sido sensiblemente a peor, al margen del tufo a nepotismo. El lanzamiento de la campaña contra “la trama” parece sugerir la aceptación de que ya son casta. Transversalidad es un concepto periclitado.

 

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Catalina Rodríguez Morcillo.

Si Podemos es una marca devaluada que está desapareciendo en la periferia, en el microcosmos las cosas no van mucho mejor. Un ejemplo es San Fernando de Henares, donde el portavoz Pedro Moreno dimitió con la acusación de que “no se respeta la heterogeneidad”, la alcaldesa Catalina Rodríguez Morcillo está imputada por revelación de secretos y desaparición de facturas, y ha sido afeada en el último pleno por el concejal de España2000, Sandro Algaba, por no haber cumplido la promesa electoral de cobrar como máximo el triple del salario mínimo interprofesional, cuando su sueldo es de 39.440 euros y el de cada concejal liberado (9, 4 de Podemos) es de 36.579 euros. Esta misma semana, Podemos se partía en dos.

Uno de los problemas de Podemos es que carece de un sentido de Patria, enredado en ese galimatías contradictorio de la nación de naciones y de la plurinacionalidad, que está haciendo que en la periferia el contenido social esté desapareciendo a manos del nacionalista, y con él la propia marca. Un proceso que aleja a Podemos de las clases medias y populares, porque, al fin y al cabo, como decía Ramiro Ledesma, “solo los ricos pueden permitirse no tener Patria”.