Enrique de Diego
El 11-M no fue un golpe de Estado, expresión puesta en boca de Suárez Trashorras por la manipulación vergonzosa del mercantilista Pedro J, y que los menguados conspiranoicos han hecho suya. El 11-M fue la más cruel y brutal masacre de la barbarie islámica en Europa y la histérica campaña de ceremonia de confusión de Pedro J y Losantos (más el alucinado proislamista Luis del Pino) sirvió, en un ejercicio superlativo de relativismo, para extraer las lecciones, lo que sigue siendo una asignatura pendiente para una sociedad sin referencias.
No hubo ni colaboración con ETA, ni Marruecos, ni nadie por encima ni por detrás moviendo los hilos, sino algo mucho más peligroso y ubicuo como el islamismo, que no funciona mediante células durmientes ni lobos solitarios, ni todas esas estulticias aventadas de continuo por las televisiones y los tertulianos y los falsos especialistas lacayos, sino que es una doctrina de odio y genocidio, que considera santa la guerra y alimañas a los no musulmanes y en la que cuando un musulmán se hace fervoroso, mata.
Entre los días 11 y 14 de marzo de 2004, la casta política mostró lo peor de sí misma, jugando tanto al engaño como al aprovechamiento del atentado. Los españoles pudieron percibir como al PP le beneficiaba que el atentado fuera de ETA y como al PSOE que fuera islamista.
En su primera intervención, el inútil de Ángel Acebes, el 11 de marzo a las 11 horas, no hizo referencia alguna a la autoría. Sin embargo, a las 13,10 horas, José María Aznar llama a directores de periódicos para transmitirles su convicción de que la masacre es obra de ETA. A las 13,30 horas, un esperpéntico Acebes apunta a ETA de manera histérica: “Es absolutamente claro y evidente que la organización terrorista ETA estaba buscando un atentado que tuviese gran repercusión”. A las 20,05, incide en que la “principal línea de investigación sigue siendo ETA”, aunque habla de que ha dado orden a las Fuerzas de Seguridad de que “no descarten ninguna línea de investigación” e informa de la localización de una furgoneta –la Renault Kangoo- en Alcalá de Henares, con una cinta con “versículos del Corán dedicados a la enseñanza”, y siete detonadores, aunque no aclara que no son de los utilizados por ETA.
Es claro que el PP, contra las evidencias que se van hallando, trató de engañar a la sociedad española. Esa decisión se adoptó en Moncloa, según fuentes presenciales. Se llegó incluso al desatino de la nota reservada de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, en la que da la instrucción de “confirmar autoría de ETA en relación con el brutal atentado que se ha cometido hoy en Madrid y los esfuerzos que desde alguna fuerza política se ha hecho para intentar confundir sobre la autoría del mismo”.
No es hasta el día 13, a las 20,10 horas, cuando Ángel Acebes anuncia que se ha encontrado un vídeo reivindicativo en nombre del portavoz militar de Al Qaeda en Europa. El ministro también informa de las detenciones de tres musulmanes.
Por su parte, la cadena Ser llegó a inventarse terroristas suicidas en los trenes. El mismo 11 de marzo, a las 20 horas, la periodista Ana Tarradellas da la noticia de que en los trenes había suicidas “con varias capas de ropa interior. Tres fuentes distintas de la lucha antiterrorista han confirmado a la cadena SER que en el primer vagón del tren que explotaba antes de llegar a Atocha iba un terrorista suicida. Interior no lo confirma”.
El 13 de marzo, la cadena Ser jalea lo que denomina “concentraciones espontáneas” ante la sede del PP en la calle Génova. A las 21,30 horas, Alfredo Pérez Rubalcaba declara: “los ciudadanos españoles merecen un Gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad”.
Los terroristas islámicos tienen un primer objetivo que es la salida de las tropas españoles de Irak, lo que, de alguna manera, consiguieron con la victoria electoral del PSOE, pero su objetivo es seguir matando, exterminar a los no musulmanes (del PP y del PSOE). El 27 de marzo, los terroristas graban dos vídeos en los que reivindican los atentados en nombre de Al Qaeda y amenazan con más. El 2 de abril, se localizan explosivos sin estallar en las vías del AVE Madrid-Sevilla, a la altura de Mocejón.
Por supuesto, Al Qaeda ha reivindicado la masacre decenas de veces. Empezando, como ya se ha indicado, por los propios terroristas, que lo hacen en dos ocasiones. Osama ben Laden lo hace el 17 de abril, con su propia voz, en un mensaje a través de la televisión Al Arabiya: “Los atentados del 11-M son la respuesta a las acciones de España en Irak, Afganistán y Palestina”.
El islamismo es mucho más peligroso que ETA. Y desde 11 de marzo de 2004 no ha hecho otra cosa que matar indiscriminadamente en toda Europa.
RL denunciará a Luis del Pino y a Peones Negros por apología del terrorismo