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Los islamistas suicidas de Leganés. 1ª Parte

Redacción




Piso de Leganés donde se suicidaron los terroristas islamistas. /Foto: ramblalibre.com.

Uno de los episodios más siniestros y vergonzosos en la historia de la conspiración fue el de propalar que los islamistas no se suicidaron, y por tanto que tampoco mataron al heroico GEO de la Policía Nacional Francisco Javier Torronteras Gadea, la penúltima víctima del 11M hasta la lamentable muerte de la joven Laura Vega tras diez años en coma.

El nivel de miserable delirio llegó en este caso a límites difícilmente superables, como afirmar que los islamistas ya estaban muertos… y sí, que los llevaron a la calle Martín Gaite 40 en un carrito de helados,  o del súper, que en eso discrepan los conspiranoicos.

Para contar cómo sucedieron las cosas vamos a seguir la lista de 25 puntos que elaboró Luis del Pino, un resumen de sus supuestos hallazgos 10 años después de los hechos, publicada bajo el título: «¿Por qué el episodio de Leganés es una prueba falsa

1º Localización de la guarida terrorista. Dice Luis del Pino: «Existen tres versiones contradictorias sobre la supuesta forma en que se llegó a esa vivienda presuntamente habitada por peligrosos islamistas«.

«Contradictorias«, esa es la palabra clave del engaño. No hay nada de contradictorio en que, con las distintas unidades policiales, Guardia Civil e incluso el ejérdito en alerta máxima, diferentes investigadores llegaran a conclusiones complementarias y que todas ellas terminaran en Leganés. En la página 164 del Auto de Procesamiento (en adelante AP) se explica que habían «saltado unas tarjetas telefónicas» por lo que se envió al funcionario del CNP con carné 74.693 a la zona. La activación de un teléfono se recoge en la BTS o antena celular, no da el lugar exacto sino la zona. Por otro lado, agentes de la UCAO identifican una llamada desde el teléfono 653026006 relacionado con Rachid Oulad y Mohamed Belhadj a la sociedad inmobiliaria Geinsa, sita en Leganés. Acuden a la inmobiliaria y les confirman que Belhadj había alquilado el día 8 de marzo una vivienda en el primer piso del edificio situado en el número 40 de la calle de Martín Gaite, en el barrio de Zarzaquemada (Leganés), por la cantidad de 600 euros al mes. Al mismo tiempo, sobre las 15:30 del 3 de abril, el comisario Gómez Menor, responsable de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía y especializado en terrorismo islámico, identifica un teléfono desde la Comisaría General de Información (C.G.I.) y cree tener localizado el piso de Martín Gaite 40, dando aviso al comisario de policía con carné 11.401. En la página 194 del AP se consigna que de todos estos hechos se informa al Comisario Jefe de la UCII (Unidad Central de Información Interior, especializada en terrorismo interno), al Comisario General de Información y a la UCIE (Unidad Central de Información Exterior, especializada en terrorismo extranjero).

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En fin, estos y otros muchos indicios e investigaciones llevan a las fuerzas de seguridad a la calle Martín Gaite discretamente para ir centrando objetivos y evaluar la situación. Llaman al telefonollo haciendo como que se equivocan y responde un árabe, preguntan a vecinos, enseñan fotos por los comercios, etc.

2º Llegada de Policía y desalojo de los vecinos. Dice Luis del Pino: «Las primeras unidades policiales llegaron al piso en torno a las 14:15 del sábado 3 de abril. Sin embargo, los vecinos de aquellos inmuebles no fueron desalojados hasta las siete y media de la tarde: cinco horas después de que llegaran los primeros policías y una hora y media después de que se diera aviso a los GEO. Si verdaderamente estaban allí encerrados los terroristas que habían volado salvajemente cuatro trenes el 11-M, ¿cómo es posible que nadie pensara en desalojar a los vecinos cuanto antes?».

En este caso, todo lo que dice del Pino es falso o está equivocado. Veamos la secuencia de los hechos: Los primeros policías en llegar salen de Canillas a las 16h. Van llegando a Leganés sobre las 16:30. Entre las 17h y las 17:30 un individuo de aspecto árabe baja a echar la basura, se percata de la presencia policial y sale corriendo sin ser atrapado (página 165 AP). Se trataba de Abdelmajid Bouchar, un atleta del Club de Atletismo Zarzaquemada, de Leganés, que en 2001 quedó segundo en la Milla Villa de Parla. Huyó, fue detenido en Serbia y extraditado a España el 25 de Septiembre de 2005. Los GEO todavían no habían llegado al lugar. Entre las 18 y las 18:30 se procede al desalojo de los vecinos (página 164 AP). Los GEO son movilizados entre las 17:15 y las 17:30, y van acudiendo «de forma escalonada» entre las 18:30 y las 19:00 horas, finalizado ya el desalojo, tal y como se consigna en la página 197 del AP. En resumen, cambias 16:30 por «14:15», cambias 18h por «las siete y media de la tarde», quitas unas horas al principio, añades unas horas al final y ya tienen enigma servido, directo a la candidez de sus lectores.

3º La orden de asalto. Dice Luis del Pino: «Nadie ha aclarado tampoco por qué los Geo tuvieron que forzar la situación. En condiciones normales, las negociaciones con terroristas o delincuentes pueden durar horas y el procedimiento habitual consiste en cansar a los encerrados y tratar de convencerles de que salgan. Sin embargo, en el caso de Leganés, los Geo recibieron la orden de derribar la puerta de la vivienda con una carga y tratar de forzar a los sitiados a salir. ¿Por qué se dio esa orden, si no había rehenes de ningún tipo?».

En la página 197 del AP podemos leer: “Sobre las 20.30 horas el Sub-Director dijo que si no iba a variar el plan y como llevaban ya tres horas, que podían proceder”. Como en cualquier decisión de esta índole pueden haber distintas opiniones incluso entre los mismos policías. No quisiera yo, ni nadie, tener que tomar una decisión que muy posiblemente conllevará daños graves, pero alguien tiene que hacerlo, y ese alguien fue el subdirector general operativo de la Policía Nacional, Pedro Díaz Pintado. Frente a las críticas,  la Dirección General de la Policía (DGP) emitió un comunicado en el que asegura que la decisión de que actuaran los GEO fue tomada con “equilibrio” y “siguiendo las pautas de profesionalidad acordes con el elevadísimo riesgo evaluado y asumido”. La DGP añade que el operativo de ataque “fue diseñado y ejecutado con valor, con profesionalidad y, técnicamente, con arreglo a los comportamientos pautados” de los GEO. La DGP niega “haber dado ninguna orden precipitada o injustificada” y “ampara y defiende la correcta actuación” de Díaz Pintado. Dos días después del asalto a Leganes, el diario El País publicó el testimonio de un alto cargo de Interior:  “Si hubiésemos decidido prolongar el asedio durante horas o días habríamos estado expuestos a que los terroristas hirieran o atacaran a tiros o a bombazos a los agentes que estaban rodeando el edificio o al resto del vecindario. Y entonces, los ciudadanos nos habrían reprochado, con razón, no haberlo impedido”. Por último, en el mismo artículo se explica el desencadenante final: «Los 11 geos que intervinieron en Leganés tenían la orden taxativa de “no entrar” en la vivienda antes de estar complemente seguros de que no había riesgos, según mandos policiales. Cuando se produjo la mortal explosión, un grupo de geos al mando del subinspector Francisco Javier Torronteras estaba muy cerca de la puerta del piso. Al parecer, los policías se habían aproximado después de que uno de los terroristas asegurase que estaban dispuestos a rendirse«.

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En lugar de agradecer el sacrificio policial, su actuación, los teóricos de la conspiración han preferido echar toda la porquería posible sobre las FyCSE y mancillar la memoria de una víctima del terrorismo y auténtico héroe, el GEO de la Policía Nacional Francisco Javier Torronteras Gadea, que entregó la vida para defender su Patria y a sus conciudadanos.