José D. Catalá.
Cuando se procedió a los registros de la casa y trabajo de Jamal Zougam, aparte de las tarjetas telefónicas utilizadas para las bombas y el taller de soldadura para su montaje, la policía encontró otras muchas cosas entre las que se cuenta su agenda personal. En la agenda de Jamal Zougam estaba el teléfono de un tal Amer Azizi, responsable de Al Qaeda para el reclutamiento en Madrid, que junto a Abu Dahdah enviaba yijadistas a Afganistán. Las huellas de ese mismo Amer Azizi estaban en la casa que Al Qaeda tenía en Morata de Tajuña. Amer Azizi es aquel «tercer hombre» en la reunión de Tarragona, «lugarteniente de Al Suri» (Mustafa Setmarian) y «activador de la célula del 11-M» en 2003. Azizi aprobó los planes de El Tunecino y le dijo que podía contar con el apoyo de Al Qaeda pero sin la participación del Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes. Dicha activación de una célula durmiente y los preparativos del atentado fueron denunciados un año antes de la matanza, el 12 de febrero de 2003 por la esposa de Mouhannad Almallah en una comisaría de Madrid. Pero el plan, la idea de causar una masacre en la capital de España, fue muy anterior y también cosa de Amer Azizi.
Azizi participó en el mitin de Tarragona, 16 de julio 2001, con Mohamed Atta (piloto del 11-S), Ramzi Bin Al Shibh (coordinador del 11-S), Mohamed Belfatmi y el organizador de la reunión, Driss Chebli, al que Azizi traspasó el Volkswagen Golf azul hallado junto al piso de Leganés, utilizado por Sherhane El Tunecino para el 11-M, condenado en España a seis años como miembro de la célula de Abu Dahdah, y libre como un pájaro desde el 7 de abril de 2006. Amer Azizi era el superior jerárquico de El Tunecino y de Driss Chebli, a las órdenes de Mustafa Setmarian y Ben Ladem. Tras las detenciones de la operación Dátil, noviembre de 2001 a enero de 2002, en la que las fuerzas de seguridad desmantelaron la primera célula de Al Qaeda en España fundada seis años antes y dirigida por Imad Eddine Barakat Yarkas, apodado Abu Dahdah. Amer Azizi no cayó en la trampa por que justo cuando su célula era desmantelada él estaba en Irán organizando el paso de algunos yihadistas hacia Afganistán. Vendió su coche a Driss Chebli, encargó la dirección de la célula de Madrid a El Tunecino y huyó de España disfrazado de mujer, en noviembre de 2001 junto con su amigo Bilal. Primero viajaron a Irán y de ahí a Afganistán, que ya conocía por haber hecho allí su entrenamiento, y también en Bosnia.
No hay invasión de Irak, ni foto de las Azores, ni Aznar ni «no a la guerra«. Todo eso vino después y sirvió de excusa, tanto a los terroristas como al gobierno de Rodríguez Zapatero para rendirse y hacer exactamente lo que exigía el islamismo. En palabras de Fernando Reinares: «Amer Azizi decidió vengarse de España por la Operación Dátil y, logrando transmitir instrucciones a un acólito de confianza entre los miembros de la célula de Abu Dahdah no detenidos, desencadenó con ellos la movilización que culminó con el 11-M».
Azizi fue asesinado el 1 de diciembre de 2005 cuando un misil disparado por un dron de la CIA impactó contra un edificio en la región de Waziristán del Norte. «Dignatarios de Al Qaeda confirman ahora aquella muerte y aportan incluso más detalles«. Junto con Azizi murieron en aquel ataque otros cuatro terroristas, incluido Hamza Rabia, que era entonces el jefe de las operaciones externas de Al Qaeda. Azizi llegó a ser su brazo derecho. En un estilo barroco y sobrecargado, la larga necrológica describe a España como el país de «los que adoran a la Cruz» y está salpicada de alusiones a Isabel la Católica. El texto lleva la firma de Abu Obeida al Maqdisi, tras la cual añade: «Que Dios lo tenga en su misericordia». Se trata de un religioso palestino que murió en Gaza tras un bombardeo israelí y que pertenecía a un grupúsculo afín a Al Qaeda tolerado por Hamás en su enclave. La necrológica, colgada en varias webs radicales, sobre todo en las de Ansar Jihad, revela que Azizi y sus compañeros de armas fueron «delatados por un grupo de confidentes que reveló su escondite» al enemigo.
Amer Azizi, finales de 2001 en Karachi, Pakistán, esa es la respuesta. El porqué tiene una importancia relativa, venganza, atacar el centro de la cristiandad… da igual, lo único que cuenta es matar en nombre del islam, de Alá y de Mahoma, como ha sido siempre desde su fundación, es y será.