Josep Sansano
Francisco Sánchez –portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Elda y entonces director del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert de la Diputación de Alicante- debía estar, el 23 de octubre de 2009, muy estresado cuando decidió darse, con cargo al contribuyente, un lujo macrobiótico en SHA Wellness Clinic, de Alfaz del Pí.
La llamada Clínica presume de atender a celebridades como Elsa Pataky o Isabel Preysler. A lo que se ve, Francisco Sánchez es también una celebridad, que se gastó 1775 euros, en tres comidas de 491 euros y un desayuno de 300. ¿Qué ingirió Francisco Sánchez para alcanzar esos precios, por encima de los ingresos de la mayoría de las familias españolas, que ese 2009 lo estaban pasando muy mal? Según el padre de la macrobiótica moderna, referencia en SHA, Michio Kushi, hay que comer hasta estar un 80% lleno; así que no fue por cantidad.
La dieta recomendada en SHA consiste en cereales integrales, sopas (como la de miso), verduras orgánicas, legumbres, algas (las traen de una bahía de Japón donde se permite la navegación) y aderezos como sal marina y aceites de maíz, sésamo o aceite de oliva. ¿Y por eso 491 euros una comida? ¿Y un desayuno 300 euros? Francisco Sánchez debería empezar a dar explicaciones.
Francisco Sánchez, en calidad de director del CEU de Elche, podría haber endosado esos gastos a esa entidad privada católica, aunque seguramente les hubiera parecido un escándalo. O los podía haber pagado de su bolsillo, como correspondía a una actividad privada, pues no entra dentro de las funciones del Instituto Juan Gil-Albert ni cuidar de la salud de su director, ni financiar sus caprichos, aunque sean macrobióticos.
El director del CEU de Elche prefirió endosar los 1.775 euros al sufrido contribuyente. Hasta que se ha ido conociendo, merced a la investigación de Rambla Libre, la orgía de gastos personales que perpetró entre 2009 y 2011, Francisco Sánchez parecía el menos inclinado a esta grosera mezcolanza de lo privado con lo público.
«Yo soy de cuidar más las ideas que la imagen»
El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Elda siempre se ha presentado como un profesional que acude a la política como un regenerador. En una entrevista en el digital valledeelda, Francisco Sánchez enfatizaba que “en Ciudadanos hemos renunciado a la dedicación exclusiva” (recientemente la concejala Loles Esteve era nombrada directora del Museo del Calzado) y presumía de que la que él encabezaba era “una candidatura formada por profesionales”, porque “los profesionales de la política producen cierto rechazo en la sociedad”.
Hay aseveraciones que no se compadecen con el Francisco Sánchez de SHA Wellness Clinic y sugieren falsedad extrema e hipocresía, como, textual, “yo soy de cuidar las ideas más que la imagen” o “al final las personas somos lo que hacemos y no lo que parecemos”.
Deben ser frases del “hara hachi bu”, que se practica en SHA, todo un entorno de culto –muy caro- a la imagen, en donde “el peso ideal es el que responde a un índice masa corporal del 22,5”.
Colaborador de Alfredo Bataller
El 15 de febrero de 2015, Francisco Sánchez publicó en el diario Información un artículo titulado “Alfredo Bataller y familia” (los dueños de SHA), apestosamente elogioso, en el que se afirma “yo colaboré con la familia, aunque no lo hice bien. Porque mi tiempo me ahogó en un proyecto que necesitaba más de mí”. ¿”Colaboré” índica una relación laboral como la que mantuvo Francisco Sánchez de consultor con Paco Torreblanca?
En suma, “yo soy de cuidar las ideas más que la imagen”, dice Francisco Sánchez, aunque “al final las personas somos los que hacemos” y lo que hizo el portavoz de Ciudadanos en Elda fue cargar al contribuyente un lujo macrobiótico que no debía.
Tardando en dimitir
Ya está tardando en presentar la dimisión y su partido en reclamársela, aunque fuentes solventes señalan que tanto Emilio Argüeso, coordinador territorial de la Comunidad Valenciana, como Emigdio Tormo, delegado territorial en Alicante, le están dando la espalda como a un dátil podrido.