
Josep Sansano
Lo literario sería “el crepúsculo de los dioses”, pero es, ciertamente, exagerado, si bien ellos, Blas Gómez Cuartero, alias Blas de Peñas, un hombre sin estudios, y Pedro Nuño de la Rosa, el barón rojo de pacotilla, ambos de la mancha manchega, donde hay mucho pan, mucho vino, mucho aceite y mucho tocino, que al yantar de gorra siempre han sido adictos, se creyeron alguien durante décadas, capaces de amedrentar con un poder oscuro emanado del gran corruptor de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana. Aunque hasta eso era mentira.
Atrás quedan los tiempos en que aquel agujero de despilfarro irrestricto –que Ximo Puig va a recuperar, para cavar su propia tumba- de Canal 9 le enviaba el taxi desde Valencia, para que Blas Gómez Cuartero, que no tiene estudios, aburriera a las ovejas con su incultura durante unos pocos minutos, para luego irse al hotel a soñar con su sórdida pasión rumana, que merece una nota a pie de página en la antología de lo cutre y de lo abyecto.
Hoy no son nadie. Atrás quedaron los tiempos en que zanganeaban en torno a Julio de España –y V de Alemania- o en los que departían con el florido arquitecto Roberto Pérez Guerras. O en los que el duo era troika, con el bancario Juan Navarro, al que Blas de Peñas traicionó, que es tan traidor que ha terminado por traicionarse a sí mismo.
También quedaron atrás los tiempos en que ese gran empresario del espectáculo, lleno de imaginación creativa, Pascual Sánchez tenía que alimentar a un famélico Blas, aquejado de alopecia galopante. Al bueno de Pascual también le ha traicionado. Para Blas la traición es una vocación. Atrás quedaron los tiempos en que Genoveva Reig le pasaba el sobre mensual; ahora el PP no quiere saber nada de él, como salido de una época oscura.
Como dice Gabriel Chavarri, alcalde de Alicante, a quien quiera oírle: el desprestigio de Noticias 12 es haber dado cancha a este dúo sin estilo ni maneras, que aún no nos han explicado por donde corren los maletines por el Ayuntamiento de Alicante, donde al menos tiene Blas como posible fuente a su hija colocada, sin que nadie sepa a cuento de qué. Y eso que Noticias 12 tiene primeras espadas como el economista Carlos Rico o el prestigioso abogado José María Bueno.
Ahora Blas y Nuño -¡qué avejentado está! ¡cómo deterioran los vicios!- no son nada y menos que nada. El hazmerreír de Alicante; dos sombras que se desvanecen en la tarde pragmática y dulzona de El Postiguet; dos correveidiles que pasan sin pena ni gloria, que nunca han hecho nada positivo ni constructivo; dos penas vivas. El ejemplo de lo que no hay que ser.