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Fontcalent Psiquiátrico: Los desheredados del sistema

Redacción




Psiquiátrico Penitenciario Fontcalent, una cloaca. /Foto: política.elpais.com.
Psiquiátrico Penitenciario Fontcalent, una cloaca. /Foto: política.elpais.com.

Yrene Calais

A raíz del artículo publicado en Rambla Libre muchísima gente se ha puesto en contacto conmigo, gente con problemática parecida a mi amiga y que ha tenido repercusiones terribles en sus vidas; gentes a las que se han considerado desheredados del sistema y de la tierra por el simple hecho de tener un hijo con problemas psiquiátricos:

El trato de los funcionarios de Fontcalent Psiquiátrico hacia estas personas es vejatorio y muchas de esas vejaciones incluso han tenido consecuencias funestas que han acabado con suicidios, no solo de reclusos sino de trabajadores y de algún que otro médico.

El síndrome de la jaula, como se denomina, a aquellos que piden más y más sustancias psicotrópicas, para poder mitigar el dolor, genera en estos enfermos unas dependencias tan brutales que comportan unas lesiones cerebrales irreparables ya de por vida, pero a estos medicuchos metidos a psiquiatras matasanos de Fontcalent Psiquiátrico, ¿qué les importa la vida humana? A estos desalmados, sin corazón, la mayoría sin hijos, ¿qué les importa el sufrimiento de un ser inocente, que padece una enfermedad? A decir verdad, estos enfermos son los leprosos del siglo XXI, a los que hay que recluir y dejarlos morir poco a poco.

El griterío de fondo en las paredes de Foncalent Psiquiátrico resuena como unas mazmorras de otros tiempos; gente angustiada, sin salida; gente a la que no se le ofrece la mínima terapia ocupacional, a la que no interesa reinsertarlos; a la que solo interesa aparcarlos y drogarlos.

En resumen, quédense con esta idea: Fontcalent Psiquiátrico es un establecimiento psiquiátrico penitenciario tercermundista y precisa de las siguientes reformas: 1) los inmigrantes maleantes que han venido a imponer la ley, ¡fuera! Deportados a sus países de origen y sin posibilidad de retorno; 2) higiene, ya que está sucio hasta decir basta; 3) una purga entre el personal funcionarial y entre el personal laboral, especialmente del equipo médico, que no reúna las condiciones de idoneidad para promover la reinserción social, como establece la Constitución, ya que entre los reclusos hay mentes muy brillantes que podrían ser reconducidas. Y si esto no se verifica, todo será una mentira más de este asqueroso sistema.

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Pagamos suficientes impuestos; estamos acribillados a tasas por todos los lados y nos merecemos una institución que reúna las condiciones establecidas por la Declaración de los Derechos Humanos y por el nivel de excelencia europeo.

Si no hay dinero, que se lo quiten a los titiriteros; si no hay dinero, que se lo quiten a los culturetos; si no hay dinero, que levanten el velo de las Sicav y de todos los parafiscales de este país de mentiras; si no hay dinero, que lo pinten, que devuelvan todo lo robado, pero lo que no se puede es tener esa vergüenza habiendo centros por doquier en Alicante, vacíos, donde se podría hacer terapia ocupacional, conductual, relajación, musicoterapia y yo les prometo a ustedes que serían mucho más económicas que la excesiva medicación y el daño que con ella infringen a los vulnerables pacientes.

El hijo de mi amiga, después de salir de allí está pasando por un calvario, porque no les cae la cara de vergüenza de dar a una persona aquejada de TLP 19 psicotrópicos al día; porque no tienen conciencia; porque han eliminado la responsabilidad individual, pero yo, Yrene Calais, no puedo permanecer impasible ante los recortes a las asociaciones de familias de enfermos mentales, ni puedo permanecer ajena al dolor de los padres, que sufren una tragedia que terminan por enfermar ambos y mientras todo ese dolor no se ayude a mitigar, con el dinero de nuestros impuestos, esta sociedad estará mucho más enferma que los propios enfermos mentales.

Y de todo esto un culpable, que no debe quedar impune: la Judicatura de lo Penal.

Nos dijeron que era para siempre: La cloaca de Fontcalent Psiquiátrico Penitenciario