AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Todas las miradas centradas en Geert Wilders

Redacción




greetwilders

Virginia Montes

Geert Wilders parte de un hándicap: no podrá formar gobierno, pues ninguno de los otros partidos está dispuesto a pactar con él. No se espera que ningún partido supere los 25 escaños, de los 150 que se dirimen. Y, sin embargo, su Partido de la Libertad llega en empate técnico con el centroderecha del presidente Mark Rutte.

La clave de las elecciones holandesas no es otra que el resultado que obtenga Geert Wilders, cuyos efectos harán sentirse por toda Europa. Wilders no se entiende sin dos precedentes: dos sucesos que conmocionaron los Países Bajos: el ecologista Volkert van der Graff asesinó en 2002 a Pim Fortuyn, asesinado en 2002 por el izquierdista Vokert van der Graff, y el cineasta, nieto del pinto, Theo van Goh, asesinado por un marroquí en 2004.

Falazmente tildado de xenófobo, Wilders defiende a las mujeres y a los homosexuales del fanatismo islámico. Ha hecho ver a los holandeses lo obvio: sus valores, su identidad están en peligro.

El islam es una amenaza para los valores democráticos y Europa, que entrega nuestro dinero a los refugiados al tiempo que recortar los servicios públicos, no está haciendo nada para enfrentarlo, así que sólo queda abandonar la UE y cerrar las fronteras. ‘Make the Netherlands ours again’ (Hagamos los Países Bajos nuestros de nuevo).

Su discurso ha pasado a ser, en cierta medida, la centralidad. Aquellos «que no estén de acuerdo con los valores holandeses. Las personas que se niegan a adaptarse, a cumplir nuestros hábitos y que rechazan nuestros valores, y los que acosan a los homosexuales, a las mujeres con faldas cortas, es mejor que se vayan”, insistió Mark Rutte días antes de iniciar la campaña electoral.

NO TE LO PIERDAS:   ¿Hubieran dejado presentarse a Miguel Bernad a las europeas?

Cada vez más holandeses, consideran que hay demasiados musulmanes y que están creando problemas y que estos serán mayores en el futuro.

Criado durante más de una década en las filas conservadoras del VVD, Wilders se salió en disconformidad con la postura sobre la entrada de Turquía en la UE, cuestión que ha tomado extraordinaria fuerza en esta campaña, ante las amenazas arrogantes de Erdogan.

Cada elección -a excepción del traspiés en la reválida de 2012- suponía un nuevo granero de apoyos. Sin alejarse de la premisa de “desislamizar Holanda”, Wilders ha ampliado su discurso, captando incluso votantes socialistas desencantados con el PvdA, la versión neerlandesa del PSOE, con propuestas como el aumento del gasto social, volver a la jubilación a los 65 años o reducir el coste de los alquileres.

Wilders es partidario de prohibir El Corán porque es un libro que incita al odio, al asesinato y al genocidio, incluso en mucha mayor medida que el Mein Kampf. Sea cual sea el resultado, ya ha conseguido centrar el debate y que todas las miradas de Europa estén puestas en él.