Enrique de Diego
Yolanda Couceiro Morin ha planteado el debate sobre las causas de que no haya en España un fuerte partido identitario. Es decir, un partido con capacidad de tener el respaldo del electorado para gobernar España. Yolanda ofrece cinco motivos, todos muy atinados. Remito al lector a la lectura obligada del ilustrado texto de Yolanda. Añadiría el adoctrinamiento durante cuatro décadas en todo el sistema educativo.
Pero la cuestión fundamental, el nudo gordiano, es el de los medios de comunicación. Es la ausencia de medios de comunicación lo que ha impedido el surgimiento del gran partido identitario, que se plasmará más pronto que tarde. Hay un hecho constatable. En las elecciones autonómicas catalanas de 2010, Plataforma por Cataluña, bajo el liderazgo de Josep Anglada, estuvo a punto de obtener tres diputados. Al margen de las polémicas anteriores, Anglada había conseguido la proeza de llevar a su partido a la vista de la tierra prometida del Parlament. He contado esa historia en un serial de artículos al que remito al lector para no ser tedioso. Decidí apoyar fuerte a Plataforma por Cataluña. Dirigía un programa en un horario de los de baja audiencia, en la marginal Radio Inter, pero entraba en Barcelona y Hospitalet y Barcelona iba a ser la clave. Y de pronto, empecé a recibir llamadas de oyentes quejándose de que el programa había desaparecido. En efecto, el PP de Cataluña había contratado con Intereconomía las dos horas de mi programa para el territorio catalán a fin de silenciarme. Pagó por ello 47.500 euros, como consta en la contabilidad del PP y de Intereconomía.
Otra cuestión es que los identitarios han tendido a buscar el ostracismo intentando salir en los grandes medios controlados, en vez de apostar y hacer grandes, sudando la camiseta, a los medios que se han salido del sistema para luchar contra él. Tener medios propios permite la comunicación e ir generando grupos liberados; es generar tejido social y permitir la retroalimentación del activismo.
Los grandes medios están controlados por las licencias administrativas, la publicidad institucional y las grandes carteras de publicidad del Ibex 35. Su misión es mantener los privilegios de la casta y acabar con los identitarios: primero, con el silencio; segundo, con la criminalización y la ridiculización; tercero, con la demolición personal de los dirigentes. Y en casos como los de Hayder y Fortuyn, la eliminación física.
Esos medios han de ser creíbles, sin riesgo de traición o venta. Rambla Libre es ya la base, el medio de comunicación de lo que será el gran partido identitario.