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El sector patriótico convertido en estatua de sal

Redacción




Imagen de la masacre islamista de Atocha. /Foto: RTVE.es.
Imagen de la masacre islamista de Atocha. /Foto: RTVE.es.

Editorial

Ahora que Mariano Rajoy ha recuperado como imagen a la mujer de Lot, convertida en sal, huyendo de la destrucción de Sodoma, y si bien la comparativa le viene al pelo al inquilino de La Moncloa, que es la viva imagen de la parálisis y el inmovilismo, también la mujer de Lot ejemplifica la situación del sector patriótico en España.

El 11-M ha sido una manifestación exuberante del clima de estupidez en el que está sumido el sector patriótico, repitiendo las patrañas y estupideces sobre la masacre de Atocha aventadas, con intereses mercantilistas y al servicio del PP, de conocidos mentirosos, manipuladores y fabuladores como Pedro J Ramírez, Federico Jiménez Losantos y Luis del Pino, quien ha ido mostrando una creciente islamofilia que no desalienta a sus seguidores.

Diversos movimientos sociales y partidos patrióticos han organizado con motivo de la efeméride una reedición de la negación de la manifiesta autoría islamista. Personas inquietas con justicia por la islamización de España y de Europa, alarma que debía haber sido intensa tras la masacre, muestran una incapacidad mental asombrosa para resistirse a una burda manipulación sin pies ni cabeza. Parece ser verdad lo que nos comenta un ilustrado lector de que el sector patriótico español es oyente de Losantos (un liberal vendido al mejor postor) y votante del PP, porque no cree en los partidos en los que milita o con los que dice simpatizar tras nicks anónimos.

Todavía se exhiben chorradas como preguntar quién mandó destruir los vagones cuando es de sobra conocido, sin misterio alguno, que fue una orden de Francisco Álvarez Cascos y de Ángel Acebes. La inutilidad demostrada por el equipo de Interior del PP hubiera debido llevar a la exigencia de responsabilidades a Ángel Acebes, que fueron oportunamente cubiertas por la histeria manipuladora de Pedro J y Losantos, basada en los apuntes de un periodista para una novela del esotérico JJ Benítez.

Que trece años después todavía personas que van de ideólogos del sector patriótico se enrollen con lo de falsa bandera o afirmen que “Luis del Pino desmontó la versión oficial” indica el nivel de indigencia mental en el que está sumido el sector. Lo que asumen es la “versión oficial” de unos conocidos manipuladores, que trataron –y consiguieron- hacer caja con la tragedia.

Que los patriotas sean incapaces de honrar, como es debido, la memoria de un héroe como el geo Francisco Javier Torronteras indica el grado de degradación moral en el que se mueve el sector patriótico y explica su fracaso político y electoral. Que hayan situado al mayor asesino en serie de la historia de España, el islamista Jamal Zougam, como uno de sus héroes, es del mismo calibre que el sector patriótico francés honrara a los asesinos de la masacre de Bataclan o que el sector patriótico estadounidense honrara a Mohamad Atta. Es para hacérselo mirar.

Personas y partidos que mantienen una postura crítica contra el islam, se convierten, con el 11-M, en proislamistas y cómplices morales de la masacre. Esa es la pura verdad.

O el sector patriótico es capaz de hacer autocrítica, de empezar a no caer en alguna de las trampas que le pone el sistema, y que suele caer en todas, o permanecerá varado en su propia esterilidad, momificada estatua de sal como la mujer de Lot.