Josep Sansano
Desde el primer momento, hemos indicado en Rambla Libre que el juez José Luis Lafuente y la Policía se han montado una novela policiaca en la que todo les cuadra menos las pruebas, que no existen. Para evitar el manifiesto ridículo nacional del peliculero juez (uno de los que es cegato cuando sale el nombre del capo Enrique Ortiz) y de la Comisaría de Policía que montó un operativo de teleserie para la detención y registros, con motos y parafernalida y cortes del tráfico en calles, cuando se podía haber hecho de manera discreta; para evitar ese ridículo el juez ha dictado una prisión preventiva claramente abusiva. Las tres hermanas piden la libertad, pero claro puede establecerse que había una conspiración general.
Todas las novelas son muy entretenidas y ésta está dando para que un programa de 13 TV se salta con frecuencia la presunción de inocencia, pero la Justicia ha de funcionar con pruebas, con un mínimo de seriedad y sin lesionar derechos personales. El caso es que, puesto que nos han metido en una película, Miguel Ángel López tiene coartada y es sólida. Así, el encargado del lavadero ha ratificado ante el juez su primera declaración en la que aseguró que vio con vida a María del Carmen Martínez a la hora en que Miguel López se había ido de Novocar. Se trata de una declaración concluyente. Es ya sabido que estaba en casa, ante testigos. Y que dio negativo la prueba de la parafina.
López, el yerno, que no se llevaba bien con la suegra, y tenia motivos, pues hay coincidencia en que era mujer prepotente, despótica e intratable ha sido ingresado en prisión por cuestiones como es hijo de tornero y, por tanto, se da por supuesto que tiene conocimientos para manipular las balas.
El juez y la Policia deben empezar a hacer bien su trabajo. Hasta ahora, no lo han hecho.