Yolanda Couceiro Morin.
El País, ‘diario global’ en horas bajas, arremetía hace unos días contra Geert Wilders, más que claro vencedor en los próximos comicios holandeses. Destacaba el diario ‘progre’, haciendo uso de las ya conocidas ‘fakenews’, que Geert Wilders había comenzado su campaña electoral asegurando que en Holanda hay demasiada “chusma marroquí”. El diario afirmaba, sin atisbo de vergüenza -ni la torera-, «que un racista y xenófobo confeso como Wilders encabece los sondeos para las elecciones generales de marzo es una buena muestra de cómo el veneno populista ha sido inoculado en sociedades históricamente tolerantes como la holandesa».
Lo cierto es que la afirmación atribuida a Wilders, así recogida por El País, es falsa. Tal como recordábamos hace unos días en RamblaLibre.com, solo el diario británico The Guardian recogía la declaración completa de Wilders. [1] El político holandés hacía referencia explícita a los delincuentes de nacionalidad marroquí, no a todos los inmigrantes marroquíes de los Países Bajos.
“The Moroccan scum in Holland … once again not all are scum … but there is a lot of Moroccan scum in Holland who make the streets unsafe, mostly young people … and that should change,” he told journalists as he attempted to take a stroll in a market.
No es en absoluto extraño que los mainstream, incluso los españoles, utilicen las noticias falsas para crear opinión y dirigir la opinión pública. En este caso ha sido El País, pero la absoluta mayoría de los medios principales mienten usualmente. Tras esas mentiras se esconden oscuros intereses, muchas veces camuflados entre líneas de opinión y pretendida información ‘independiente‘.
No hace mucho, la derecha acomplejada de este país acostumbraba a humillarse frente a la sede de El País con la cabeza de aquel que hubiera sido señalado desde sus páginas. Las víctimas, hasta el feliz declive tras la desaparición de Jesús de Polanco, fueron muchas. Jueces, políticos honrados, patriotas… todos pasaron por el ‘pelotón de fusilamiento’ de PRISA. La enorme máquina de lavar cerebros despellejaba a cualquiera que defendiese el patriotismo o la simple honradez política. Allí se encargaban de desbrozar el camino a politicuchos de 3ª división, manejables y prescindibles.
Hoy, El País -y el Grupo PRISA- se dedica además a otros asuntos más rentables, entre ellos la defensa inquebrantable de la islamización de Europa y el intento de desprestigio personal y político de todo aquel que ose atreverse a denunciar la operación de sustitución étnica que soporta Europa.
PRISA tiene hoy más intereses en las ‘cestas’ musulmanas que en las occidentales. No en vano entre sus máximos accionistas figura el sultán qatarí Ghanim Alhodaifi Al Kuwari -cercano al emir de Qatar-.[2] PRISA no tuvo problemas en abrir su consejo de administración a un estado tiránico y asesino. Los ‘defensores de la libertad y la democracia’ de PRISA no soportan la presencia de Geert Wilders en Holanda, pero no tienen problemas en compartir mesa y mantel con dirigentes de un país en el que no hay ningún partido político constituido como tal, no hay libertad de prensa, no ha aceptado la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional y la libertad de las mujeres es tal, que aún hoy ante un tribunal es necesario el testimonio de dos mujeres para igualar el de un hombre.
Parece que a los demócratas de El País no les ha preocupado en absoluto recibir dinero de una petromonarquía donde las mujeres no pueden viajar sin un acompañante masculino o tienen problemas para reservar por sí mismas una habitación de hotel. Y eso sin entrar en la persecución a los homosexuales. Los socios musulmanes de El País aplauden a rabiar que se castigue con latigazos y hasta con 10 años de prisión el sexo anal.[3]
Pero la cosa no queda aquí. El presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, mantuvo importantísimos intereses personales en la petrolera Star Petroleum tal como publicó en su momento ‘El Confidencial’. La entrada de Cebrián en la petrolera se realizó de manos del iraní Farshad Zandi con ayuda del despacho panameño Mossack Fonseca. El presidente de PRISA llegó a tener el 2% de la petrolera, pero dejó la empresa de manera apresurada ante el escándalo de los ‘papeles de Panamá’.
Visto así, va a ser que la campaña contra Geert Wilders desatada por El País no es más que una nueva garantía para apoyar al político identitario holandés. Veremos más. Los amigos de la democracia de papel tienen intereses y medios para defenderlos. Seremos nosotros, los europeos, los que más pronto que tarde los pongamos en su sitio. Holanda puede ser la primera estación europea de un largo viaje por recorrer.
[2] http://www.qatarinfos.net/2015/03/le-qatar-vient-au-secours-de-prisa/
[3] https://wikiislam.net/wiki/Persecution_of_Homosexuals_(Qatar)