Miguel Sempere
No hay dinero para las pensiones, los jóvenes españoles no ganan 800 euros, pero el Gobierno vasco financia a terroristas islámicos combatientes con el Daesh en Siria con 1.800 euros mensuales. Parece una locura y lo es, pero es la estricta verdad.
1.- Acaba de ser detenido en Vitoria de vuelta de Siria, combatiendo con el Daesh, Saib Lachab. El auto del juez de la Audiencia Nacional señala que “vivía de las ayudas sociales”. Disponía de 9.000 euros ahorrados para volver a Siria y en el auto de prisión se destaca también el “escaso arraigo en el País Vasco”, a pesar de que llevaba años viviendo del contribuyente. Recibía 625 euros mensuales de la Renta de Garantía de Ingresos más 250 euros en concepto de alquiler de vivienda (a pesar de que estaba en Siria) y desde agosto a diciembre también cobró 900 euros mensuales del FREMAP por una baja laboral (fraudulenta).
2.- No es un caso aislado. Redouan Bensbih, marroquí, murió en Siria combatiendo con Daesh en marzo de 2014. Desde 2009, cobraba 836 euros en concepto de Renta de Garantía de Ingresos, pagada por el Lanbide (Servicio Vasco de Empleo), cuya finalidad se supone que es la integración en el País Vasco y no en Siria. Siguió cobrando esa paga mensual después de muerto, pues el Lanbide no recibió notificación de su fallecimiento. Menudo descontrol.
3.- Samir Mahdjoub, de 44 años, detenido el 14 de febrero por captación y difusión de propaganda del Daesh. Cobraba desde 2011 los 650 euros de la RGI y 250 para alquiler de casa.
4.- Ahmed Bourguiba, 31 años, detenido el 22 de julio de 2015 en Bilbao y condenado a 3 años y medio de cárcel. Desde los 26 años estaba cobrando 650 euros del RGI más 250 para alquiler. Los siguió cobrando desde su detención hasta su ingreso en prisión.
5.- Mehdi Kacem, detenido por la Policía Nacional el 16 de enero, cobraba 800 euros mensuales a través de la ONG Kolore Gustiak.
6.- Imam de Vitoria, investigado por abuso a menores, cobra 1.000 euros mensuales del Gobierno vasco.
Ninguno de ellos ha trabajado nunca, ni ha cotizado, ni ha pensado hacerlo. No son excepciones sino la regla. Estos son casos conocidos de terroristas islámicos –y de un imam radical- subvencionados por los contribuyentes vascos. Es la primera vez en la historia, que una población financia a quienes quieren exterminarla.
Muchos pensionistas españoles no cobran esas cantidades. Muchos autónomos no cobran nada si tienen que abandonar la actividad. Muchos jóvenes españoles han de emigrar porque no encuentran trabajo. Si fueran marroquíes o argelinos, musulmanes, y se fueran a combatir con el Daesh a Siria, el Gobierno vasco les pagaría una pensión vitalicia de hasta 1.800 euros mensuales. ¿No es indignante?