Virginia Montes
El conflicto racial ya está en París. Una semana lleva en pie de guerra, con protestas vandálicas, el suburbio Aulnay-sous-Bois. Un barrio de población inmigrante dedicada al vandalismo. Una mujer y sus dos hijas han estado a punto de morir incineradas pues se han quemado coches por sistema y se han roto escaparates.
El detonante ha sido la supuesta violación, el 2 de febrero, de un joven negro francés por un policía con una porra elástica. Theo, que así se llama, no ha querido echar leña al fuego, pero el multiculturalismo está mostrando su derivación a la estricta barbarie.
El joven contó a su abogado que los policías lo detuvieron para hacerle un control de identidad cuando salía de casa. Entonces, mientras estaba detenido, de espaldas, uno de los agentes le introdujo su porra en el ano. «Me pidieron que pusiera las manos en la espalda y, esposado, me pidieron que me sentara. Me lanzaron gas lacrimógeno y me golpearon, y al sentarme sentí un terrible dolor en el trasero», ha explicado.
El pasado fin de semana se imputó a los cuatro agentes sospechosos: a tres por violencias voluntarias y a un cuarto por violación. Todos fueron suspendidos por decisión del ministro del Interior, Bruno Le Roux. Théo fue hospitalizado el mismo día de la agresión y, tras pasar por quirófano, uno de los médicos diagnosticó «una herida longitudinal en el canal anal» y una «sección del músculo del esfínter», según fuentes cercanas a la investigación. El chico estará incapacitado para trabajar durante 60 días.
A raíz de estos hechos, que están siendo investigados, y que según la versión de la Policía fueron accidentales, se ha desatado una ola de violencia. La noche del lunes al martes fueron detenidas 26 personas acusadas de daños a propiedades privadas. La prefectura denunció un total de 23 contenedores incendiados, así como once vehículos y un local de comida rápida dañado.
El martes, Theo fue visitado por François Hollande. El joven afirmó que le gustaría volver a ver su ciudad «como la dejó». Théo pidió a los jóvenes «que no hagan la guerra», «que permanezcan unidos». Pero esa misma noche, varios cientos de personas volvieron a manifestarse provistos de pancartas que piden «Justicia para Théo» y gritando lemas como «Sin justicia no hay paz» o «Policía, violadores, asesinos».
Las imágenes de una violencia desatada solo recuerdan las de los conflictos raciales de Estados Unidos. El multiculturalismo está desatando un conflicto racial que en Europa no existía. Son las políticas de socialistas y conservadores y de la Unión Europea las que están llevando a esta situación inflamable.
Mientras tanto, cumpliendo su promesa electoral, en Estados Unidos, Donald Trump ha ordenado redadas para expulsar a inmigrantes ilegales con antecedentes penales.