Virginia Montes
Mariano Rajoy no quiere tener una relación conflictiva con la nueva Administración norteamericana, como le piden los grupos de la oposición. De hecho, el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha trasladado este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que España está en las mejores condiciones para ser un interlocutor de su país en Europa y América Latina, así como en el Norte de África y Medio Oriente.
Rajoy y Trump, tal y como habían avanzado la Moncloa y la Casa Blanca, han mantenido esta noche durante quince minutos la primera conversación telefónica desde que el presidente de Estados Unidos sucedió en el cargo a Barack Obama.
En ella, según ha informado el Gobierno en un comunicado, han intercambiado comentarios sobre las relaciones bilaterales, la seguridad y la economía.
Tras esta conversación telefónica, el presidente estadounidense tiene previsto hablar con el mandatario turco, cuyo país exige a Estados Unidos la extradición del clérigo Fethulá Gulen, al que responsabiliza del golpe de Estado fallido del pasado 15 de julio.
Segunda conversación Rajoy-Trump
Trump y Rajoy mantuvieron una conversación telefónica de veinte minutos el pasado 12 de diciembre en la que se comprometieron a mantener el estrecho nivel de confianza en la relación bilateral y preservar la relevancia de los lazos transatlánticos.
Según el Ejecutivo español, en esa conversación Trump expresó a Rajoy su enorme afecto por el pueblo español y le recordó su estancia en Barcelona, que calificó de «magnífica ciudad».
Por su parte, Rajoy expresó a Trump su convencimiento de que es necesario impulsar en España y en Europa un crecimiento económico sostenido que permita crear empleo y reducir la brecha de desigualdad social. Ambos analizaron, además, diversas cuestiones de política internacional, con especial hincapié en asuntos relacionados con la política de seguridad y defensa, y con la lucha global contra el terrorismo yihadista.
Rajoy visitó Nueva York en diciembre para presidir una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU y entonces aseguró que no tenía «ninguna duda» de que, con Trump al frente de la presidencia de Estados Unidos, las relaciones entre los dos países se van a mantener o, incluso, se pueden mejorar