Enrique de Diego
En mis tiempos juveniles, se hablaba mucho del “timo de la estampita”, en el que el avaricioso era timado por el supuesto paleto que le quería cambiar “estampitas” (billetes verdes, de 1.000 pesetas). El timo parecía un poco burdo, pero, de tanto en tanto, los periódicos daban noticia de algún caso.
De manera cotidiana, durante cuatro décadas, los españoles están siendo timados de manera mucho más evidente y grosera que en el “timo de la estampita”. Les timan las eléctricas, los bancos, las petroleras, el Gobierno, las autonomías, los ayuntamientos, la Justicia y no protestan. Les parece normal que les cobren tasas e impuestos por todo e incluso han aplaudido obras faraónicas, sin sentido, que han devenido en grandes timos.
El aeropuerto de Ciudad Real ha sido un timo perpetrado por José Bono (continuado por José María Barreda) y su camarilla, y a ellos les ha resultado muy rentable. Nunca se habla de esto. Se presenta como un negocio fallido, se le califica, de manera muy impropia, como “proyecto quijotesco”, cuando está más cercano a Sancho Panza y mucho más a Alí Babá.
En 1.234,45 hectáreas, se construyó una pista de 4.200 metros de longitud y 60 de anchura; con área de mantenimiento, helipuerto y previsión de zona industrial de 10 km2; con un movimiento estimado de 2 millones de pasajeros al año. Aparentemente, el proyecto nunca tuvo ni pies ni cabeza, previsto como el segundo aeropuerto de Madrid, alternativo al de Barajas, como si Ciudad Real fuera un barrio de Madrid, si bien iba a estar conectado por AVE.
Se vendió bajo el rótulo de proyecto privado, aunque fue financiado al 100% por la quebrada Caja Castilla La Mancha, que era el principal accionista con el 68%.
El 18 de diciembre de 2008 aterrizó el primer avión y el 1 de agosto de 2011, Vueling anunció el cese de los vuelos, los únicos que permanecían. El 27 de enero de 2016, se adjudicó por 10.000 euros a Tzaneen International. La cifra era tan ridícula que se dio marcha atrás. En abril, se vendió a CR International Airport SL por 56 millones de euros.
Sólo en los edificios se habían gastado 450 millones de euros del contribuyente y, en conjunto, con las expropiaciones de tierras, 1.100 millones de euros. Se han recuperado la exigua cifra de 56 millones.
Todas las informaciones y reportajes consultados introducen un elemento de humor negro y, sin embargo, en cuanto timo, el aeropuerto de Ciudad Real es ciertamente glorioso. Por supuesto, generó la suficiente ilusión como para obtener rentabilidad política en el electorado de Ciudad Real, en remake de “Bienvenido Mr Marshall”, pero hubo empresas, de empresarios amigos de Bono, que movieron y aplanaron tierras, que pusieron los cimientos, que elevaron los edificios, que construyeron la pista…Empresarios amigos de Bono que ocuparon puestos en el Consejo de Administración y cobraron sueldos y dietas millonarios. Hicieron un magnífico negocio con cargo al contribuyente, incrementaron sus abultados patrimonios y sus bien nutridas cuentas corrientes. También José Bono, titular de una cuenta corriente con 160 millones de euros, con su consuegro el cantante Raphael, en el Banco de Santander en el paraíso fiscal de Las Bahamas.
Desde que se levantan hasta que se acuestan, los españoles son timados sin que rechisten.
http://ramblalibre.com/2017/01/23/caso-bono-1-la-auditoria-del-santander-bahamas-international-limited/
http://ramblalibre.com/2017/01/24/caso-bono-2-la-abultada-cuenta-de-el-paellas-y-el-bombillas/