Virginia Montes
La Administración Trump ya ha desvelado en que se concreta la frase, hasta ahora misteriosa, de Donald Trump de que México pagará el Muro (parte del cual ya fue construido por Bill Clinton). La fórmula no es otra que gravar con el 20% las importaciones mejicanas.
Tras haber cancelado el presidente de México su visita a Washington, un Donald Trump alejado de los patrones de los políticos profesionales que dicen una cosa en campaña electoral y hacen luego otra (por dos veces Mariano Rajoy ha hecho campaña prometiendo bajar impuestos y los ha subido a la semana de tomar posesión), ha anunciado el gravamen a las importaciones mejicanas, de cuya recaudación saldrá sobradamente el dinero para construir el Muro sin coste para el contribuyente norteamericano. Esa tasa se destinará a costear el muro que quiere construir en la frontera común, según adelantó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
El portavoz describió a los periodistas a bordo del Air Force One esa medida como una decisión ya tomada por Trump. La retórica de Peña Nieto sobre los puentes no hace mella. El hecho es que la frontera es un coladero no sólo de mejicanos, sino también de toda Centroamérica.
Para que este impuesto pueda ponerse de manera inmediata, Estados Unidos tendría que retirarse del NAFTA, como ya ha hecho del Acuerdo Transpacífico. Ambas cuestiones son promesas electorales. De hecho, Trump ya ha planteado la necesidad de renegociar el NAFTA con México y Canadá y, en el caso de que estos se nieguen ha anunciado que Estados Unidos abandonará este acuerdo comercial.
El déficit comercial de EEUU con México es de unos 60.000 millones de dólares anuales, con lo que la aplicación de este arancel sobre dicha cantidad generaría unos 12.000 millones al año, aunque el volumen total de las importaciones desde México rondan los 295.000 millones de dólares.
Los líderes republicanos Mitch McConnell, del Senado, y Paul Ryan, de la Cámara de Representantes, habían cifrado antes entre 12.000 y 15.000 millones de dólares el coste de levantar un muro en los casi 2.000 kilómetros que restan por vallar en la frontera. Ese impuesto a las importaciones mexicanas «proporciona claramente la financiación» para el muro «y lo hace de una manera en la que el contribuyente estadounidense es totalmente respetado«, ha explicado Spicer en el avión presidencial de regreso a Washington desde Filadelfia, donde Trump ha asistido a una reunión de congresistas republicanos.
De acuerdo con el portavoz, «probablemente» EEUU es el único gran país que no grava las importaciones de productos de otras naciones y permite que «fluyan libremente, lo cual es ridículo«.
Es un tipo de política de lo que Rambla Libre ha denominado “patriotismo económico” que Mariano Rajoy debería empezar a contemplar y poner en práctica, tanto evitando que nuestras fronteras sean un coladero, como defendiendo nuestra agricultura, que al igual que la industria, han sido acosadas y desmanteladas.
Patriotismo económico (3): Soberanía, supranacionalidad y globalismo
Patriotismo económico (4): Proteccionismo inteligente frente a libre comercio