Virginia Montes
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que prohíbe el uso de fondos del Gobierno Federal para subvencionar a grupos que practiquen o asesoren sobre el aborto en el extranjero.
La concesión o no de fondos gubernamentales estadounidenses a los grupos u organizaciones no gubernamentales (ONG) pro aborto en el exterior ha sido un asunto contencioso en las últimas Administraciones, que los han autorizado durante mandatos demócratas y prohibido durante los republicanos.
Esta prohibición, que se conoce como «la política de la ciudad de México» porque se anunció en una conferencia de la ONU celebrada en esa ciudad en 1984, representó una de las piedras angulares de la política social de Ronald Reagan (1981-89).
Bill Clinton la abolió durante su mandato (1993-2001) y George W. Bush (2001-2009) la abrazó de nuevo, mientras que Obama acabó de nuevo con ella en su tercer día en el poder, también un 23 de enero.
Una ley aprobada hace más de cinco décadas ya prohíbe que las organizaciones extranjeras usen fondos del Gobierno estadounidense para llevar a cabo abortos o alentar su práctica, pero Reagan fue más allá al impedir siquiera la concesión de fondos a cualquier grupo que usara otros medios financieros para conseguir esos fines.
Estados Unidos destina actualmente cerca de 544 millones de dólares en asistencia a la planificación familiar en todo el mundo, según datos de la Agencia de Cooperación Internacional de Estados Unidos (USAID).
Su firma de la orden ejecutiva se produjo un día después del aniversario de la sentencia en el caso «Roe contra Wade«, que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973.
La medida podría afectar las actividades de la rama internacional de Planned Parenthood, una organización estadounidense dedicada a practicar abortos en más de 180 países y que se ha convertido en blanco de los ataques de los republicanos y que fue una de las financiadoras de la campaña de Hillary Clinton.