Virginia Montes
Le Figaro habla de posible fraude en las primarias del PSF. Desde el comienzo hasta el final del recuento, los porcentajes de cada uno de los siete candidatos no variaron. El PSF se escuda en un fallo informático.
Benoît Hamon y Manuel Valls se disputarán el domingo próximo la candidatura socialista en las próximas elecciones presidenciales cuando los medios socialistas afines hablan de naufragio y de que el partido precisa una refundación. Hamon es el giro a la izquierda con su propuesta de una renta vitalicia, (750 euros mensuales, con un coste estimado de 400.000 millones de euros anuales) mientras Valls, que quedó en segundo lugar, es considerado el más derechista de los socialistas, partidario de la dignidad del trabajo y la redistribución. Hamon, con el 36% de los votos, y Valls, con el 31%, superaron con claridad al tercer clasificado, Arnaud Montebourg, con el 18%.
Benoît Hamon, gracias al apoyo y los votos que le ofreció de inmediato el derrotado Montebourg, se perfila como el gran favorito para la victoria. «Hay que acabar con las viejas recetas liberales y con el modelo de desarrollo no sostenible, mi mensaje es de renovación y esperanza», proclamó al conocerse su victoria. «Hay que elegir entre una derrota asegurada y unas promesas irrealizables«, dijo Valls, refiriéndose a Hamon, «y una victoria posible para una izquierda creíble».
El principal beneficiario de una victoria de Hamon podría ser Emmanuel Macron. El antiguo superministro económico de Hollande, que abandonó el gobierno en agosto pasado para lanzarse a la carrera hacia la presidencia sin pasar por las primarias socialistas (de hecho, rompió con el partido), está en condiciones de atraerse a los sectores más moderados y posibilistas del electorado de izquierda.
Ganar la candidatura no implica gran cosa en relación a las presidenciales, porque todos los sondeos sitúan al candidato socialista, sea quien sea, en quinto lugar en la primera vuelta de finales de abril, tras la identitaria Marine Le Pen, el conservador liberal François Fillon, el ex socialista reformista Emmanuel Macron y el izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon. El objetivo principal del ganador será refundar un partido dividido y desmoralizado.