Miguel Sempere
El multimillonario José Bono lo quiere todo: la fortuna, que no ha salido de su sueldo, y la fama del hombre ético que no es. Con motivo del Yak-42, Bono ha querido recuperar protagonismo y se ha complicado la vida. Ha recordado, porque lleva tiempo haciéndolo público, que obran en su poder documentos comprometedores o, al menos, clarificadores sobre el Yak-42.
Los tiene en su casa, hemos de suponer que en la de Olías del Rey, porque con su ingente patrimonio inmbiliario podría tenerlos hasta en Hípica Almenara, y no están en el Ministerio de Defensa, que es donde deberían estar, de donde se los llevó como un vulgar ratero. En su autobiografía, cuenta que tuvo que usar la fuerza para romper un armario. En una versión menos violenta y literaria, Federico Trillo afirma que le entregó a Bono todo el dossier, con indicación de aquellas cuestiones más polémicas, a las que no debía hacer ni caso.
A Hillary Clinton le abrió una investigación el FBI por utilizar un correo privado cuando era secretaria de Estado. Obama ha indultado a Chelsea Manning, condenada por filtrar documentos a Wikileaks. Que un ministro de Defensa se lleve documentos a su casa es de una tosquedad superlativa. Entra presuntamente en el terreno de lo delictivo y, desde luego, en lo chusquero, porque debía haberlos puesto en conocimiento de la Justicia.
Habrá que ver que responde el multimillonario Bono al requerimiento oficial, por burofax, de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, para que entregue toda la documentación que tenga relación directa o indirecta con la tragedia del Yak-42. Por ejemplo, no aparecen los contratos de los vuelos en aquellos taxis de la muerte con los que llevaba Trillo a los militares de España a Afganistán.
La ministra Cospedal, que ha tenido conocimiento de las declaraciones de Bono en medios de comunicación y tras asegurar en el Congreso que está buscando papeles en el Ministerio y que, de momento, no encuentra nada, ha requerido a Bono esos documentos que asegura tener.
Por lo demás, Enrique de Diego publicará en breve en Rambla Libre un nuevo serial sobre la cuenta corriente de José Bono en una filial del Banco de Santander en Las Bahamas, con nuevos datos reveladores.
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