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2010: El año en que estuvimos a punto de acabar con el sistema (y 5)

Redacción




Josep Anglada y Pablo Barranco. /Foto: savier-rius.blogspot.com.
Josep Anglada y Pablo Barranco. /Foto: savier-rius.blogspot.com.

Enrique de Diego

En la noche electoral, durante la primera hora del escrutinio, fue una fiesta. Durante esa magnífica hora, Plataforma por Cataluña obtenía tres diputados y el sistema echaba espumarajos y no sabía lo que pasaba. Ninguna televisión se atrevía a indicar a quienes correspondían esos tres diputados que algunas de ellas situaban en el genérico “otros”. Las presentadoras demudaban su rostro cuando llegaban a aquel extraño fenómeno con el que no contaban.

Las radios, algunas, no todas, sí decían que correspondían a Plataforma por Cataluña y algunos de los contertulios anunciaban su voluntad de abandonar la región e irse a algún lugar ignoto. Se estaba produciendo lo previsible: todo el debate iba a girar en torno a esos tres diputados, iba a desaparecer el rollo macabeo del separatismo, inventado por una casta política fracasada y corrupta, y la polémica y el debate se iban a hacer nacionales, porque el sistema es muy débil y no soporta la más mínima fisura (demostración de que Podemos es coartada de la casta).

Fue una hora magnífica e inolvidable. No me fío de que no se den pucherazos en España. No soy tan ingenuo como Pablo Iglesias. La casta se juega mucho y vive apoltronada en sus privilegios. A medida que fue aumentando el recuento, los tres diputados de Plataforma se desvanecieron y volvió el sosiego a las televisiones. Se perdieron en una Barcelona que no se trabajó electoralmente. Con Pablo Barranco, un gran organizador, hubiera sido bien distinto. Lástima. Aún así se obtuvieron 75.321 votos. Faltaron 6.500 votos para cambiar la historia.

Sirva la experiencia para extraer conclusiones:

1.- Con Rambla Libre hubiera sido todo distinto y mucho mejor. Son necesarios medios de comunicación independientes. Tengo muchas esperanzas en Radio Ya de Javier García Isac.

2.- Hay que contar con gente con un mínimo de idealismo, y huir de los traidores. Con gente como Julio Ariza o el irrelevante malagueño no se puede ir ni a la puerta de casa. Alerta Digital y La Gaceta son dos coartadas de la casta parasitaria y antipatriótica; su objetivo es que nunca exista nada que erradique al PP. Todo el mundo está avisado. El que se quiera dejar engañar es que es un débil mental.

3.- No puede haber corruptos ni pícaros si se quiere luchar por una sociedad que está perdiendo su identidad y debe recuperarla.

Es probable que los tiempos en 2010 no estuvieran maduros –creo que sí- pero ahora ya lo están. Me ha gustado saber que Pablo Barranco ha vuelto a Plataforma por Cataluña como vicepresidente. Lo hizo en enero de 2016. Según sus propias palabras, «he vuelto porque es necesario que caminemos juntos para llevar la voz del sentido común a todos los lugares de Cataluña y a todas las instituciones en unos tiempos tan convulsos como los actuales, pero también por la ilusión que genera el proyecto de confluencia política con otras fuerzas social-identitarias de todo el Estado«.

Allí continúa August Armengol como presidente quien, sobre esta incorporación, resaltó que “por fin la cordura está volviendo a Cataluña y el pueblo, harto de políticos que se preocupan por todo menos por los verdaderos problemas de la gente ven en PxC el único paraguas que los liberará de la lacra de la corrupción y de la progresiva islamización que sufren nuestros barrios«.

Quizás esta es una historia inacabada y por eso he querido recordarla. El futuro está abierto. Depende de la responsabilidad de cada uno.