Virginia Montes
Un segundo sondeo, tras el de Sofres, esta vez del diario económico Les Echos, sitúa a la candidata identitaria Marine Le Pen en primer lugar de la preferencia del voto joven, hasta los 35 años. En la encuesta de Sofres, Marine Le Pen obtenía una expectativa de voto del 27%, mientras en ésta de Les Echos le da una horquilla de voto decidido entre el 14 y el 24%; una oscilación excesiva. La clave, en todo caso, es la tendencia. Esta apuesta de la juventud francesa por Marine Le Pen de cara a las presidenciales del 23 de abril y el de 7 mayo, es novedosa.
La explicación que se da indica que el Frente Nacional ya era el partido preferido por los obreros y ahora serían los jóvenes que viven en la periferia de las ciudades los que sumarían como rechazo a la islamización, la europeización y el mundialismo, de los que se consideran víctimas. Parece obvio que hay una recuperación del patriotismo, que se galvaniza en la candidata del Frente Nacional.
Hay un cambio significativo respecto a la encuesta de Sofres, en la que el segundo en intención de voto era el candidato de Les Republicans, François Fillon, al que se concedía el 21%. En esta ocasión, Fillon se va hasta el cuarto puesto, como si el efecto de su irrupción en las primarias republicanas se hubiera desinflado.
La izquierda, en este segmento de edad, se polariza, de forma que quien emerge en la encuesta de Les Echos es el candidata de La Francia insumisa, Jean-Luc Mélenchon, que sería la extrema izquierda. Sigue de cerca a Marine Le Pen y está al alza. Emmanuel Macron, ex ministro de economía de Hollande, antiguo ejecutivo de la Banca Rothschild, candidato «social reformista», es el tercer candidato con más intenciones de voto entre los jóvenes franceses.
Cualquiera de los posibles candidatos del PSF –Manuel Valls y Arnaud de Montebourg– se hunde a la última posición.
Los jóvenes de menos de 35 años son una de las categorías sociales que tiene más clara sus intenciones de voto: un 54 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años dicen estar «seguros» de ir a votar en la próxima elección presidencial. Proporción superior a la de otras categorías.
La polarización de la izquierda, con todas las prevenciones de la distancia que aún queda para las presidenciales, podría beneficiar a Marine Le Pen, que podría aglutinar a su favor buena parte de los votos de los republicanos, si François Fillon no pasara a la segunda vuelta.