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Blas de Lezo Olabarrieta, el gran héroe vasco de España

Redacción




Blas de Lezo. /Foto: pinturasdeguerra.blogspot.com.
Blas de Lezo. /Foto: pinturasdeguerra.blogspot.com.

Enrique de Diego

Blas de Lezo es el mayor patriota que ha dado España y es un vasco. Puede sonar raro a algunos, pero tiene todo el sentido porque Vascongadas siempre se tuvo por la cuna de Castilla y de España y nutrió la Marina española de bizarros oficiales y marineros: el 85% de los ingresados en la primera promoción del Colegio de Guardamarinas eran vascos de pura cepa. Fue tal la identificación de la Marina de España con los patriotas vascos que como vascos se conocía a los españoles en los puertos del mundo.

Blas de Lezo Olabarrieta nació vasco y, por ende, español en Pasajes, Guipuzcoa, un venturoso 3 de febrero de 1689. El héroe no nace se hace, con la excepción de Blas de Lezo quien fue héroe toda su vida, en cada una de las etapas de su existencia y en todas las acciones bélicas en las que participó. Y si bien su culmen fue la gesta de la defensa de Cartagena de Indias, cada una de sus intervenciones le sitúan en el heroísmo más allá del deber, amén de ser un consumado e invicto estratega.

De la nobleza local, descendiente de ilustres marinos, además de un tatarabuelo regidor y otro familiar obispo en Perú, Blas de Lezo nació con la mar en los ojos y el corazón. Estando en marcha la guerra de sucesión, unificadas las marinas francesa y española, Blas de Lezo ingresó en el Colegio de guardiamarinas de Francia. A los doce años tiene su bautismo de fuego. En una batalla en la que se miden con la capacidad de fuego de la flota anglo-holandesa, una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda. Encomiado por el almirante por su valor es ascendido a alférez. Pero ahí va a quedar todo para el jovencísimo mutilado: se le ofrece un puesto en la Corte, ser asistente de cámara de Felipe V. Blas de Lezo rehúsa: lo suyo es la acción.

Ataca al Resolution y lo incendia; captura dos navíos enemigos en el Mediterráneo occidental que los lleva como botín de guerra a su Pasajes natal y a Bayona. Se le encarga abastecer a los sitiadores de la sediciosa Barcelona y rompe el bloqueo haciendo arde paja húmeda que despliega una cortina de humo.

Participa en la defensa de Tolón, donde una esquirla le revienta el ojo izquierdo. En Rochefort, hace rendir once barcos enemigos, el que menos de 20 piezas. Combate con el Stanhope, que toma al abordaje. Los españoles son temidos en el cuerpo a cuerpo. En 1712 ya es capitán de navío en una Armada española que vuela independiente. Participa en el asedio a Barcelona, con el Campanella, y recibe un balazo en el antebrazo derecho que queda sin movilidad. Conquista Mallorca, bajo dominio austracista. Toma seis barcos de guerra de una flota inglesa. Es ya general de la Armada de Su Católica Majestad. Como jefe de la Escuadra del Mediterráneo participa en la toma de Orán el 29 de junio de 1732. Antes se le ha enviado a Génova a cobrar dos millones de pesos que los genoveses adeudan a España y se niegan a pagar. Blas de Lezo exige la entrega inmediata e impone otra condición: un homenaje público a la bandera española. O reducirá Génova a pavesas. Pagan, claro que pagan, y doblan la cerviz ante la bandera.

En medio de todo este fragor, siempre exitoso, que va dejando tantas huellas en su cuerpo que será conocido como medio hombre, le da tiempo a cortejar y matrimoniar con una dama de sociedad, Josefa Pacheco de Bustos y Solís con la que tendrá siete hijos.

El 6 de junio de 1734 es nombrado teniente general de la Armada y comandante general de Cartagena de Indias. Allí encontrará la muerte y alcanzará la gloria. Los ingleses quieren despojar a España de su imperio, conquistar Nueva Granada; al mando del almirante Edward Vernon han reunido la más grande flota de todos los tiempos y navegan seguros hacia la victoria. Pero allí está Blas de Lezo, todo valor e inteligencia; el gran héroe de España les infringirá una derrota tan completa que los ingleses la borrarán de su historia por vergüenza; los españoles, por desidia. Mañana asistiremos al desigual combate.

Blas de Lezo Olabarrieta, el gran héroe vasco de España en la gloriosa defensa de Cartagena de Indias