Enrique de Diego
Exmilitantes de Ciudadanos contactados por Rambla Libre arremeten contra el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta quien ha justificado las expulsiones masivas y la dictadura interna sobre la base de una teoría conspirativa. Para los exmilitantes, Girauta, al que tildan, de paracaidista de la política, miente y describen una selección interna negativa: se han quedado con aduladores y arribistas.
Según Girauta, si la Ejecutiva no hubiese expulsado «sistemáticamente y sin dudarlo» a grupos organizados de personas, procedentes de otras formaciones o de lobbies, que se afilian «para ir contra los intereses del partido«, estos podrían haber destruido a la formación naranja. «En la expansión de Ciudadanos nos hemos encontrado de todo. Y si no hubiéramos cortado por lo sano y hubiéramos echado sistemáticamente y sin dudarlo a todos los que han entrado con su propia agenda y en comandita, a lo mejor se habrían cargado el partido, lo habrían reventado. Y nosotros no nos lo podemos permitir«.
Ciudadanos ha presentado una propuesta de Estatutos que prohíbe las corrientes internas. En una primera redacción, se hablaba de grupos organizados contra los intereses del partido y en una filtrada modificación de los que vayan contra los intereses de los militantes. Un cambio insustancial.
Alberto Ganga: “Girauta es un paracaidista sin credibilidad”
Alberto Ganga, abogado, exmilitante de Ciudadanos, considera que “un personaje como Girauta, con su recorrido político multicolor, no tiene ninguna credibilidad para hablar de la situación interna de Ciudadanos; él personifica el típico paracaidista de la política que ha ido transitando de siglas en siglas en busca de algo de relevancia, ahora en Ciudadanos la tiene, al lado de otros paracaidistas como Cantó o ese personaje tan curioso como Fernando Barandeiran que apuró su acta como eurodiputado de UPYD hasta segundos antes de coger la de parlamentario por Ciudadanos; éstos son los que vienen a dar clases no sé de qué”.
Ganga, que ha cosechado éxitos judiciales defendiendo a otros expulsados de Ciudadanos, recuerda que “algunos fuimos expulsados de Ciudadanos por denunciar internamente, ante la inexistente Comisión de Garantías, la llegada de paracaidistas como Girauta; el tiempo ha demostrado que este partido iba a crecer con este tipo de personajes y no con la sociedad civil desencantada”.
Fernando Sepulcre: “Ciudadanos ha expulsado a la gente preparada”
Para Fernando Sepulcre, diputado provincial por Alicante y exmilitante de la formación naranja, la realidad está en las antípodas de la descrita por Girauta: “Ciudadanos ha expulsado a personas preparadas y con ganas de trabajar, a potenciar su discurso y hacer fuerte su programa, pero han tenido miedo que fueran mejor que ellos y les pudieran mover sus sillas, por lo que se limitaban a justificar que estaban conspirando”.
Sepulcre, que ha sido objeto de una turbia campaña por el clan del dátil, afirma que “es gracioso que diga “para ir contra los intereses del partido”, cuando desde el trabajo, la disposición, el pago de cuotas, etc., jamás se les ha tenido en cuenta a la afiliación y nada más los querían para pegar carteles y llevarlos a mítines para cubrir espacio. Ellos, verdaderamente son los que se están cargando el partido y van en contra del partido, lo vemos recientemente cambiando los estatutos para tener más margen dictatorial y cambiar los principios políticos desde la creación de éste”.
Isidro Gordillo: “Se han quedado los mediocres, pelotas y babosos”
Uno de los pioneros de Ciudadanos en Andalucía, Isidro Gordillo declara a Rambla Libre que “muy al contrario de lo que dice Girauta, los que se han quedado en una gran mayoría son los mediocres, pelotas, babosos, busca fortuna y palmeros que les ríen las gracias por ejemplo al «Lobo» y que permitieron al menos aquí en Sevilla que su novieta fuera Candidata con unas irregulares primarias”.
César González: “Quieren justificar su sectarismo”
César González ganó las primarias en la localidad alicantina de Elda y al día siguiente el delegado territorial fue a por él. Para César González, la postura de Girauta “demuestra la precariedad moral e intelectual en la que se encuentra instalado Ciudadanos. Sus declaraciones sólo pretenden tranquilizar a sus adeptos y justificar la conducta sectarista que les ha llevado a traicionar todos y cada uno de sus principios fundacionales con tal de mantener una casta en el poder orgánico a los que une su voracidad por ocupar puestos en las instituciones”.
“Sus palabras son más propias –añade- de un dictador que crea fantasmas, cortinas de humo y monta huidas hacia adelante, que la de una persona sensata que busca remediar, reflexionar y corregir los errores que les han llevado al estado de guerra civil abierta y total que padece ese partido. Las palabras de Girauta me generan una mezcla entre desprecio e indiferencia de aquello que no merece la atención de personas que buscan propósitos más edificantes”.
Rafael del Valle: “Girauta actúa como un corrupto”
Rafael del Valle es otra víctima de la falta de democracia interna. Puso en marcha la agrupación de Torremolinos y a pesar de todas las jugadas sucias en su contra, ganó las primarias, pero inmediatamente fueron contra él.
Para Rafael del Valle, “Girauta se defiende atacando, algo que es propio de corruptos. ¿Acaso no es corrupción colocar a dedo a los cuñados, a las novias, etc., en puestos claves para, además de controlar el partido, cobrar un sueldo público? Ataca y no entra en el debate abierto sobre todos los casos de corrupción interna que acusan indudablemente al máximo responsable: Fran Hervías”.
“Dice Girauta que nos afiliamos procedentes de otras formaciones (o lobbies) para ir contra los intereses del partido. En mi caso, sí venía de otra formación, de UPYD. Tal y como llegaron otros muchos ex-compañeros y fueron recibidos con los brazos abiertos y hoy copan concejalías, diputaciones provinciales, diputaciones nacionales, etc… ¿Es torpedear los intereses del partido crear agrupaciones de Ciudadanos allí donde no existían? Creo que Girauta tuvo un lápsus y quiso decir que queríamos torpedear la corrupción, los dedazos internos y por lo visto, los intereses de Fran Hervias y seguro que los del propio Girauta, que actúan en contra del código ético del partido que defienden. Nos queda la duda a todos de si el Sr. Albert Rivera era conocedor de todas éstas prácticas corruptas e inmorales. Porque se es corrupto por activa, pero también se es corrupto por pasiva”.