Enrique de Diego
Toda Europa ha vivido una Nochevieja propia de una situación de guerra, con medidas de seguridad bélicas, en la que se asume que cualquier concentración humana, festiva, se ha convertido en una situación de alto riesgo. A pesar de ello, un terrorista islámico ha asesinado a 39 personas en la sala de fiestas Reina de Estambul, sin que ni tan siquiera el asesino haya sido detenido. Se trata de un ataque contra la Turquía laica y contra los extranjeros, que han sido la mayoría de las víctimas.
La clase dirigente, que es responsable de esta situación, que la ha ido creando, que la ha provocado con eso de la llamada crisis de refugiados –patético el mensaje de una Ángela Merkel superada por su propia estudipez-, que se ha dedicado a islamizar Europa, ha puesto en marcha una nueva consigna: “la seguridad completa no es posible”. La inútil de Manuela Carmena, que añade un componente de indigencia ideológica, la ha trastocado en un lapsus linguae con “la seguridad cero no es posible”. Es a la que nos van llevando.
Por supuesto, la seguridad completa no sólo es posible sino que es la obligación primera e inmediata del poder político. Para eso cobran los dirigentes y no para lo que han hecho: provocar y extender la inseguridad; poner las bases de graves conflictos. Incluso para ello y por ello nos han desarmado, nos han quitado el derecho a portar armas. Sin embargo, dos musulmanes en Madrid tenían un kalasnikov y cargadores. ¿Cómo puede ser eso?
La seguridad no puede ser completa cuando se han abierto las fronteras de manera suicida sin el más mínimo control, cuando siguen abiertas recibiendo a personas cuyos antecedentes se desconocen, cuando se financia económicamente con cargo al contribuyente esa invasión, en la que ya hay constancia de que entra gente dispuesta a exterminar a quienes se les obliga con la coacción al Estado a financiarles.
La seguridad no es completa cuando a los asesinos entran por Lampedusa, están en la cárcel en Italia, pasan a Alemania, donde son alojados en un albergue, son detenidos y puestos en libertad, intentan conseguir explosivos y simplemente se les hace un seguimiento fallido, pasan de una nación a otra…Todo esto es una serie de despropósitos de tal calibre que incapacita a toda la clase dirigente de Europa y a toda la trama burocrática de Bruselas.
Pero sí, la seguridad puede ser completa, pero con otros dirigentes que no se dediquen a desarmar a la población y a financiar a los terroristas islamistas. Necesitamos liderazgos fuertes y comprometidos con la seguridad de los ciudadanos.
Masacre en una discoteca de Estambul: 39 muertos y 70 heridos