Virginia Montes
Un atentado contra una discoteca de Estambul en la noche de Año Nuevo ha dejado al menos 39 muertos y 70 heridos, 5 de ellos en estado crítico. Un solo atacante, disfrazado de Papa Noel sembró la muerte en la discoteca Reina, una de las más conocidas de Estambul. Primero mató a un policía y a un civil en la puerta y luego disparó indiscriminadamente. «De una forma salvaje e implacable, ametralló a la gente que simplemente había venido para celebrar el Año Nuevo», declaró el gobernador de la ciudad. «Es un ataque terrorista», insistió Sahin en una rueda de prensa. El atacante se dio a la fuga, cambiando de ropa, y está siendo buscado por la Policía.
El gobernador de Estambul, Vasip Sahin, confirmó inicialmente el fallecimiento de un policía y de un civil -a los que habrían matado a la puerta de la discoteca- pero después elevó la cifra a 35 víctimas mortales y al menos 40 heridos. Luego, el balance se situó en 39 muertos y 70 heridos.
El ataque tuvo lugar en el club Reina, situado en la orilla del Bósforo, un conocido lugar de ocio de la sociedad de Estambul, en el distrito de Ortakoy. La policía desplazó numerosos agentes al lugar para registrar el local, además de numerosas ambulancias, y hubo que salvar a numerosos clientes del club que se lanzaron al Bósforo presas del pánico. El ataque a la discoteca Reina puede ser considerado como la agresión a uno de los locales laicos en una Turquía cada día más islamizada y muestra como el fanatismo no tiene límites, ni lo para el islamista Erdogan.