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Feliz 2017: El año difícil del cambio

Redacción




Feliz 2017. /Foto: campingtucan.com.
Feliz 2017. /Foto: campingtucan.com.

Editorial

Antes que nada queremos felicitar el nuevo año 2017 a todos los lectores de Rambla Libre y sus familias. Cada vez somos más. Cada día somos más.

Resulta difícil desear lo mejor para el año que comienza cuando se han acumulado tantos males durante décadas, cuando toda una casta se ha dedicado a expoliar a nuestras gentes y a desarmar nuestras sociedades, y cuando esa casta cruel y despiadada sigue en el disfrute del poder en nuestras sociedades.

El año va a ser especialmente difícil para los españoles, porque la mentira aquí se ha enquistado y va a estallar este año. El Estado fracasado pide que haya tranquilidad cuando no tiene ni tan siquiera dinero para pagar las pensiones, lo que no es óbice para que reciba falsos refugiados para vivir a costa del contribuyente o que cien mil extranjeros cobren del Estado español pensiones no contributivas. Es decir, que cobran sin haber contribuido nunca, ni ellos, ni por supuesto sus ancestros.

Este es el año en que en España toda la mentira acumulada se va a poner en evidencia, va a estallar y va a producir mucho sufrimiento. A veces, las cosas se tienen que poner mal para entrar en la vía de las soluciones. Ninguno de los partidos parlamentarios plantea o representa ninguna solución, sino que todos son el problema, meras oficinas de colocación con diferentes engaños. Ciudadanos y Podemos son dos estafas, dos engaños, al servicio de pandillas depredadoras y con líderes vanidosos e insustanciales. La sociedad española tiene que extraer la fuerza vital que le queda para generar el antídoto, un gran movimiento identitario. Cada uno puede hacerlo, sin desmayo, con inteligencia, en el ámbito de sus relaciones.

Es preciso mantener la esperanza porque el cambio se va a producir. Podría decirse que el nuevo año no empieza hoy, sino el día 20 cuando Donald Trump tome posesión. La posibilidad de una era de colaboración entre Estados Unidos y Rusia, las dos grandes potencias, es un motivo de ilusión y esperanza. El que esa colaboración se encamine a la lucha contra el integrismo islámico es fundamental y el integrismo islámico tiene su fundamento en Arabia Saudí, en Qatar y en Emiratos Árabes. Arabia Saudí no es un aliado, Arabia Saudí es el enemigo.

Este es el año en que las fronteras deben reforzarse: las sociedades fracasadas no pueden aspirar a evacuar excedentes humanos; habrán de desarrollarse, trabajar y controlas su población. Nadie tiene derecho a invadir el territorio de otra nación y mucho menos a vivir del contribuyente. Hay que cortar toda subvención a las onegés que funcionan como mafias interiores y que han hecho de la inmigración invasiva un negocio, aunque se revista falsamente de humanitario.

En abril hay elecciones en Francia. El país vecino puede resurgir, después de la postración en la que se encuentre. Puede y debe ganar Marine Le Pen, que es el liderazgo de la regeneración y el resurgimiento de Francia, de una nueva etapa de grandeza.

En otoño, habrá elecciones en Alemania y existe la posibilidad cierta de acabar con la destructora de la Europa real, Ángela Merkel. Es conveniente que Alternativa por Alemania suba hasta poder gobernar.

Es preciso, entre todos, desmantelar la Unión Europea, entidad supranacional de burócratas destructivos. Volver al Tratado de Roma, a la libre circulación de mercancías, sin burocracia, sin directivas, ni comisiones, ni parlamentos. Es preciso volver a las Patrias. Es cuestión de supervivencia volver al patriotismo, recuperar dentro de nosotros el amor a la Patria, a la narrativa común, venerar a nuestros héroes.

Es preciso cerrar universidades y facultades que no sirven para nada, salvo para alimentar el paro juvenil y para egresar licenciados resentidos dedicados a demoler las bases de la sociedad. Hay que dar una vuelta completa, como un calcetín, a los medios de comunicación, a la tiranía mediática, para que vuelvan a ser contrapoder y servir a las personas y no a una casta expoliadora.

El trabajo es mucho y va a llevar décadas de autodisciplina, de esfuerzo, de virtud cívica, de patriotismo, pero lo volvamos a lograr, vamos a conseguir recuperar el orgullo y la civilización, devolver la paz al mundo, la paz real, la confianza, la seguridad perdida.

Feliz año 2017: el año difícil del inicio del cambio liberador.