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Donald Trump, esperando al hombre que ha vencido al stablishment

Redacción




Donald Trump, por una América grande. /Foto: donaldjtrump.com.
Donald Trump, por una América grande. /Foto: donaldjtrump.com.

Virginia Montes

Produce escalofríos pensar en lo que hubiera sido cuatro años bajo la corrupta Hillary Clinton, al dictado de George Soros y de los Saud, “celebrando la diversidad”, interviniendo en todo el globo bajo los estúpidos criterios de la corrección política, desmantelando Siria como hizo con Libia, situando a Rusia como el enemigo y yendo a una escalada de tensión hasta la guerra nuclear. ¡De buena nos hemos librado con esta mujer perversa y fatua!

Ese panorama aparece despejado gracias a la proeza de Donald Trump que ha sido capaz de ganar, en directa conexión con el pueblo sano, con la gente decente, a todo el stablishment, incluidos todos los medios de comunicación, sin excepción ninguna y a buena parte del aparato republicano. Incluso en el último tramo se ha pretendido que los compromisarios votaran contra él, como se intentó que lo hicieran los delegados en la convención republicana.

Este multimillonario, que podía haberse quedado tranquilo gozando de su fortuna, o enriqueciéndose más destruyendo a los demás, como están haciendo las élites, ha salido en defensa de una civilización que se tambalea. Habría que remontarse hasta el general Andrew Jackson para percibir una presidencia tan personalizada, tan directamente conectada con el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Trump ha liderado una corriente profunda de descontento con un mundo que no funciona y con un stablishment depredador y destructivo.

Se daba, por supuesto, que alguien que dijera una milésima parte de lo que ha dicho y va a poner en práctica Donald Trump no tenía cabida en la vida pública y su lugar era la cárcel, mediante esos delitos genéricos puestos en marcha por el plan Soros: incitación al odio y las diversas pseudofobias. Y, sin embargo, contra todos los pronósticos oficiales ganó las primarias, ganó en Flórida, feudo “latino”, venció en todos los estados fluctuantes y el 20 de enero de 2016, lo que marcará un antes y un después en la historia de un mundo atribulado, tomará posesión como presidente de los Estados Unidos.

Conviene recordar algunas de sus frases y compromisos:

“Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU»

«Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa»

«Un muro en la frontera con México nos ahorraría muchísimo dinero»

«México nos envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, que son violadores»

«Si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11S hubiesen entrado al país»

«El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, para volver a la industria manufacturera estadounidense no competitiva».

«Tristemente, el sueño americano está muerto. Pero si fuera elegido presidente, lo traería de regreso más grande, mejor y más fuerte que nunca y haríamos a Estados Unidos grandioso de nuevo».

Ha sido elegido presidente. Ha prometido estrechar relaciones con Rusia para convertir el integrismo, el enemigo mayor de la civilización. Ha prometido desmantelar las peligrosas institucionales supranacionales como la OTAN y la ONU.

Desde el 20 de enero, el mundo tiene solución. Ya queda un día menos.